Por Luis Fernando Quijano Moreno
Cali, Colombia, 22 marzo de 2017.- Desde hace semanas aparecen cuerpos desmembrados o calcinados en la ciudad de Cali. El 19 de julio la Agencia de prensa Análisis Urbano ya había reportado que dos cuerpos descuartizados habían aparecido cerca al hotel Sheraton; y el día 13 del mismo mes apareció desmembrado y calcinado el cuerpo de Yerlin Alejandra Arboleda, de 16 años de edad, tres muertes en circunstancias similares que se presentaron tan solo en una semana en la capital del Valle del Cauca.
La aparición de estos cuerpos desmembrados revive el debate sobre la existencia o no de las “casas de pique” —llamadas en el Valle de Aburrá como “casas de la tortura”, ya que no siempre terminan los cuerpos descuartizados en esta región de Colombia—.
El debate sobre este espinoso tema no es asumido con seriedad por parte de la institucionalidad pese a que departamentos como el Valle del Cauca y su capital, Cali, evidencian su existencia.
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Haciendo un rastreo somero encontre que en abril de 2012 se habló de la aparición de cuerpos desmembrados en el Valle del Cauca; el 22 de abril de 2013 se reportaba el hallazgo del cuerpo desmembrado de una joven de 17 años en el centro de Cali, con ella serían tres casos reportados tan solo en ese mes en este departamento. Posteriormente, el 15 de junio se encontró otro cuerpo desmembrado en el puerto de Buenaventura; seguidamente el 18 de junio, se reportó nuevamente el hallazgo de los cuerpos desmembrados de dos jóvenes en el citado municipio.
A mediados de de abril de 2014 ya se hablaba de 13 cuerpos desmembrados hallados en el puerto de Buenaventura; nuevamente el 11 de octubre se conoció el caso de una mujer, quien al parecer pertenecía a La Empresa, desmembrada en una residencia destinada a estas actividades por el Clan del Golfo en Buenaventura.
En ese mismo municipio, el 15 de enero de 2015, la Armada Nacional rescató a dos habitantes de calle que se presume serían desmembrados por unos menores de edad en el barrio San Yú (San José), sector que se presume sede de varias casas de pique. A tal fecha ya se reportaban la aparición de cuatro cuerpos desmembrados y el año anterior se habían encontrado 17 cuerpos en iguales condiciones.
El 21 de julio el periódico El Espectador mostraba cómo el tema de las casas de pique no era un tema superado en el Valle del Cauca; a la defensora de derechos Doris Valenzuela no le faltan las amenazas por parte de las bandas delincuenciales que operan en la zona, tras haber denunciado este tipo de actividades que se presentaban frente a su casa y que cobró la vida de tres pescadores de la región.
El 11 de octubre, en cercanías al puente que cruza el río Claro, en zona rural de Jamundí, aparecieron dos cuerpos desmembrados y el 15 de noviembre de 2016 fueron hallados tres cuerpos desmembrados y calcinados en Puente Amarillo del corregimiento Navarro zona rural de Cali.
Ahora es Cali nuevamente noticia, con tres cuerpos desmembrados hallados en una semana, y el caso del cuerpo decapitado de un hombre hallado en Yumbo, Valle. Análisis Urbano se pregunta: ¿sí hay casas de pique en Cali y en el resto del Valle del Cauca?, pues no es la primera vez que se menciona de su existencia.
Se espera el pronunciamiento oficial sobre los recientes acontecimientos presentados en la capital del Valle, se esperan acciones contundentes y no negaciones —ante lo evidente es mejor no negar—. Ojalá no se siga el mal ejemplo del exministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien en marzo de 2014 negaba la existencia de casas de pique en Buenaventura, pese a que la fuerza pública venía capturando personas vinculadas al desmembramiento de personas.