Organizaciones sociales de todo el país coincidieron en el informe “Hambre y guerra: el legado del aprendiz, balance del último año del gobierno de Iván Duque Márquez”, que el único camino del presidente colombiano, no fue otro que, optar por hacer trizas el acuerdo de paz y darle continuidad a las causas no superadas del conflicto.
Colombia, 4 julio de 2022.- Esta bandera y lema de campaña de Duque fue la causa. Y la consecuencia, la agudización del conflicto colombiano, que no se hizo esperar. Por lo tanto, las responsabilidades por acciones directas y omisiones frente a al cumplimiento constitucional de las funciones del Estado estuvo marcado por un desgano total de Gobierno.
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Para la sociedad civil ha sido muy claro que la desidia institucional facilitó que grupos paramafiosos, guerrilleros, disidencias y otros armados organizados, algunos con una experiencia armada de 30 y 40 años, aprovecharan el momento para consolidarse en diferentes lugares del país.
Cauca, Antioquia, Nariño, Caquetá, Putumayo, Valle del Cauca, Córdoba, Chocó y Norte de Santander son algunos de los departamentos en donde hay disputas entre grupos armados, que cometen graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.
Desde Corpades y el Portal Análisis Urbano, hemos identificado que en cerca de 800 municipios de Colombia se han instalado y distribuido el poder territorial estos actores, dejando a su paso víctimas por doquier.
Entre las estrategias territoriales de los grupos armados ilegales reconocemos las siguientes:
- Disputas por el dominio territorial bajo la imposición de las armas con graves afectaciones a civiles.
- Capacidad militar y de unidad de mando.
- Intereses por el control económico y las rentas ilícitas.
- En algunos territorios se han distribuido el territorio y logran establecer pactos de no agresión, pero continúan las acciones para someter a toda la población.
- En zonas donde no han logrado pactar se presentan disputas y enfrentamientos que lamentablemente afectan de manera directa a la población civil.
- En algunas zonas es posible que haya alianzas y connivencia con miembros de la fuerza pública.
- Es clara la debilidad de las instituciones del Ministerio Público, la Fiscalía General de la Nación, las autoridades civiles, militares y policiales, ello les permite a los actores actuar con mayor facilidad en los territorios.
- El desastre en la implementación efectiva del acuerdo de paz impidió que se hicieran los cambios y las trasformaciones sociales necesarias para la superación de las causas que originaron el conflicto colombiano.
Un ejemplo del poder armado, fue el demostrado por el grupo paramilitar de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC o Clan del Golfo, en el reciente paro armado de mayo del 2022. El 16 % (178) de los municipios del país, se vieron afectados por las acciones de este grupo.
La Unidad Investigación y Acusación de la Justicia Especial para la Paz registró afectaciones al derecho a la vida, la integridad física y la libre movilidad de la ciudadanía durante los 4 días que duró el paro armado.
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Se presentaron 309 hechos de violencia en 11 departamentos. Una de las particularidades fue que en la Guajira y el Chocó se afectó al 100% de esos departamentos.
Además, cerca de 15 casos de tentativa de homicidios a civiles, 21 municipios fueron marcados con grafitis alusivos a las AGC, 26 bloqueos forzados de vías, 24 homicidios selectivos a civiles, 54 ceses de actividades de transporte o cierre de terminales, 118 casos de destrucción de bienes civiles, 138 casos de comunidades en confinamiento, 22 ataques a la fuerza pública, 10 situaciones de afectación a medios de comunicación locales, 5 ataques a misiones médicas y 2 asesinatos a miembros de la fuerza pública.
El poder demostrado por las AGC durante el paro armado obligó a que muchas alcaldías y entidades públicas cerraran sus sedes, lo que realmente significó poner de rodillas al Gobierno.
Asesinatos cometidos contra defensores de los derechos humanos durante el Gobierno de Iván Duque
Los diferentes gobiernos no han entendido el impacto social que tienen las bases comunitarias cuando ocurre un homicidio contra sus líderes. El debilitamiento del movimiento de los derechos humanos -y que no haya un relevo generacional efectivo- seguirá pasándole una factura muy costosa a nuestra democracia.
En Colombia, la violencia continúa concentrándose sistemáticamente contra las personas que defienden los derechos humanos.
Mientras el movimiento de los derechos humanos solicitaba a gritos garantías a la vida de líderes sociales, cerca de 979 defensores fueron asesinados en el Gobierno de Iván Duque. Una cifra sin precedentes en la historia reciente del mundo, pues Colombia ostenta el primer lugar del mundo en el que más líderes son asesinados.
Esto, sin contar con amenazas, desplazamientos forzados, ataques u otras agresiones perpetradas contra los líderes sociales en el país.
El momento histórico de la firma del acuerdo de paz fue crucial en la reducción de la violencia política en el país, sin embargo, el Gobierno de Iván Duque desaprovechó la posibilidad de construcción de paz en Colombia, prueba de ello, el incremento de todos los factores de violencia que continúan presentándose en el país.
Asesinatos contra firmantes de paz
Resulta contradictorio que aquellas personas que dejaron las armas para apostarle a la paz, vienen siendo asesinadas de manera sistemática. Desde la firma de los acuerdos de paz en 2016, han sido asesinados 320 firmantes, cerca del 80% de los casos se presentaron durante el mandato de Duque.
Cifras de violencia armada en Colombia 2016-2022
Sin una estrategia clara sobre el control del orden público, el Gobierno de Iván Duque se ha caracterizado por una agenda en donde la violencia ha estado marcada en el diario vivir. Masacres, desplazamientos, confinamientos, atentados, paros armados, son apenas algunos de los elementos que sustentan una tesis sobre el desgobierno en el que ha caído el país.
El conflicto armado insuperado de Colombia se ha manifestado en más 10.200 acciones violentas.
Pasamos de 2.182 en el año 2016 a 3.611 en el 2021 y este año ya se ha superado en más 2.000 hechos violentos.
Colombia, un país de masacres
Con ayuda de las bases de datos de OCHA y de Indepaz, reconstruimos la línea de tiempo de la cantidad de masacres ocurridas en Colombia en los últimos años.
Tan solo en los 4 años de gobierno de Iván Duque se cometieron 281 masacres que dejaron cientos de personas víctimas.
Siguen siendo los departamentos de Antioquia, Cauca, Valle del Cauca, Nariño, los lugares en los que el fenómeno de la masacre ocurre con más frecuencia.
Muertes violentas en Colombia
Desde el 7 de agosto del 2018, día de la posesión de Iván Duque en la Presidencia de Colombia, se han cometido 49.035 homicidios en todo el país. Esto indica que en Colombia estamos lejos de superar la violencia y de valorar el derecho a la vida de los colombianos.
Los departamentos en donde más homicidios se presentan son Antioquia, Valle del Cauca, Cauca, Bogotá DC, Atlántico, Norte de Santander y Nariño.
Desplazamiento forzado en Colombia
Los desplazamientos forzados en Colombia siguen siendo uno de los peores crímenes de lesa humanidad generada por los actores armados en el país. Pero, la pérdida de la soberanía por cuenta del control territorial de los actores ilegales, sigue sometiendo principalmente a las comunidades del Pacífico, afros e indígenas a una crisis humanitaria sin precedentes recientes.
Durante el gobierno de Duque, cerca de 252.636 personas han sido desplazadas forzadamente. Solo en los primeros 5 meses del año, cerca de 80.000 personas han sido víctimas de este condenable delito.
Desaparecidos forzados
Con un posible subregistro y basados en las cifras de Medicina Legal, se puede asegurar que en 4 años de gobierno desde el 7 de agosto del 2018 y marzo del 2022, más de 600 personas han sido víctimas de desaparición forzada.
En conclusión, las cifras sobre la continuidad del conflicto en Colombia siguen abriéndose paso por todo el territorio. Es clara la necesidad de un cambio en las prácticas o las políticas públicas para acercar al país a una estabilidad con mejores condiciones para la ciudadanía.
Queda claro que Iván Duque fue el presidente que condenó a Colombia a seguir en guerra, negó la crisis humanitaria y bajo el lema “Hacer trizas la paz” ha prolongado el sufrimiento de miles de familias, por lo menos, lo demuestran las cifras y la realidad del país.