Tokio, 1 feb- Este jueves se cumple un mes desde el devastador terremoto de magnitud 7,6 del centro de Japón, con actos en recuerdo a los 240 fallecidos y mientras continúan la búsqueda de 15 desaparecidos y las labores para mejorar las precarias condiciones de vida de 14.000 desplazados.
El seísmo con epicentro cerca de la península de Noto (prefectura de Ishikawa) desencadenó un tsunami que rozó los 5 metros en algunos puntos de la costa de esa región, la más castigada por un desastre natural considerado como el peor del archipiélago nipón desde el acaecido el 11 de marzo de 2011.
A las 16.10 hora local (5.10 GMT), hora exacta en que tuvo lugar el terremoto, se guardó un minuto de silencio en recuerdo de los fallecidos en las localidades más golpeadas por el seísmo y el tsunami, entre las que destacan Wajima y Suzu, las que suman un mayor número de víctimas mortales y edificios arrasados.
Casas temporales para casi 10.000 personas
El desastre provocó la destrucción total o parcial de cerca de 48.000 viviendas, lo que a su vez ha dejado a 14.000 personas desplazadas que se alojan en refugios temporales como escuelas, gimnasios, hoteles o centros cívicos habilitados por las autoridades locales o gestionados por las propias comunidades.
Muchas de estas instalaciones no cuentan con agua corriente o con servicios apropiados para refugiados con necesidades especiales como ancianos o enfermos, lo que ha llevado a estas personas y a sus familiares a buscar cobijo en viviendas de conocidos, en sus vehículos o incluso en invernaderos.
Aún hay más de 40.000 casas sin agua y otras 2.500 sin luz en Ishikawa, y no se espera que estos servicios puedan reanudarse completamente en toda la región hasta finales de abril.
En este contexto, la mayor prioridad de las autoridades niponas es avanzar en el traslado de desplazados a centros de acogida con mejores condiciones o a viviendas temporales, además de acelerar las tareas de reparación de infraestructuras dañadas como carreteras y puentes.
El Gobierno de Ishikawa tiene previsto emplear unas 8.000 viviendas temporales ya existentes en la prefectura y otras cercanas para albergar a desplazados, además de construir unas 1.200 unidades más en las localidades más castigadas, como Wajima y Suzu, a las que comenzarán a mudarse familias desde este mismo fin de semana.
Tropas de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) de Japón están colaborando en las tareas de reconstrucción y de asistencia a los damnificados, mientras que funcionarios públicos de todo Japón, profesionales sanitarios y empresas privadas trabajan como voluntarios en los centros de acogida.
Siguen las tareas de búsqueda de 15 desaparecidos
Tanto el transporte de suministros a las zonas afectadas como la reparación de infraestructuras y las tareas de búsqueda de desaparecidos se han visto ralentizadas por la escala de la destrucción causada por la catástrofe, que aún mantiene cortadas o transitables de forma limitada las principales carreteras que conectan Noto con el resto del país.
Cuerpos de bomberos y de la policía venidos de diversas prefecturas participan en la búsqueda de personas en paradero desconocido desde el día del desastre natural, y se concentran en puntos donde se cree que pueden haber quedado atrapadas las víctimas.
Entre ellas se encuentra una zona de viviendas y cultivos agrícolas situada en las afueras de Wajima, donde una avalancha de tierra desde la falda de un monte engulló varias casas con sus ocupantes dentro.
Tras hallarse dos cuerpos sin vida en los últimos días, decenas de bomberos trabajaban entre los escombros y el barro en busca de otra persona que se cree se encuentra aún sepultada en la zona un mes después de la catástrofe, según pudo comprobar.
Antonio Hermosín Gandul
EFE