Monterrey (México), 20 mar - La canadiense Leylah Fernández mostró su mejor juego en los momentos cruciales para vencer este sábado por 7-5, 7-5 a la española Sara Sorribes y clasificarse a la final del Abierto de Tenis de Monterrey. Fernández, originaria de Québec, se confirmó como una de las jóvenes más prometedoras del circuito de la WTA y con una sangre fría poco común en una mujer de 18 años, se apuntó uno de los triunfos más importantes de su corta carrera. Sorribes, quien ganó la semana pasada el Abierto de Zapopan, en Guadalajara, tomó la iniciativa y en el quinto juego del set inicial quebró el servicio de la rival, que recuperó el saque, provocó un 5-5 y en el duodécimo juego rompió, al mover a la española con su revés y lograr el punto decisivo en la red. La segunda manga fue un pulso a ver cuál de las dos oponentes lograba sobrevivir a los quiebres. Después del 2-2, ninguna de las dos mantuvo el servicio en los siguientes cuatro juegos. Con puntos largos, las dos con buen despliegue físico, el duelo guardó sus mejores emociones para el final. Leylah insistió en poner pelotas por todos los lados de la cancha y repitió la fórmula del primer set. Sorribes, séptima favorita, dejó ir tres oportunidades de quiebres en el noveno juego, después de lo cual la canadiense fue segura con su saque y, de nueva cuenta quebró en el duodécimo para llevarse otro 7-5. Fernández, 88 del ránking, se enfrentará a la suiza Viktorija Golubic en su segunda final en 12 meses en México, luego de haber alcanzado en marzo pasado la de Acapulco. Golubic, raqueta 102 del mundo, ganó por 6-2, 6-4 a la estadounidense Ann Li, octava preclasificada, en un partido que se fue de un solo lado, en el que la europea impuso condiciones con su servicio y provocó numerosos errores no forzados de su oponente. Después de castigar con su saque en el primer set, quebró en el quinto juego del segundo y a partir de ahí fue imparable. El Abierto de Tenis de Monterrey, torneo WTA 250, se juega en cancha dura con una bolsa de premios de 235.238 dólares.
