Por: Yurany Alzate
Medellín, 13 julio de 2021.- “Llegaron las maricas”, dice Juan Camilo Hoyos Drag Xenty, locutor, activista y artista drag de Medellín.
“Las maricas”, como él se reconoce y lo grita con su megáfono cuando llega a una movilización también hacen parte de esta sociedad, nos dice, de esta lucha que emprendió el país el pasado 28 de junio día que inició el Paro Nacional, un Paro que aunque ya no está tan fuerte aún vemos personas en las calles resistiendo y exigiendo que se respeten y se garanticen sus derechos.
Juan Camilo Hoyos- Drag Xenty creció en la Comuna 1 de Medellín y recuerda que cuando tenía 16 años la palabra “marica” lo hacía sentir humillado, señalado y apagado, pero hoy le da orgullo, valentía, fuerza, poder.
En contexto
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“La palabra Marica en Colombia es una posibilidad de mostrarle a la sociedad que hay maricas que existimos con valentía para seguir reivindicando ese orgullo de serlo, mostrando el poder y la fuerza que tenemos”, indica Drag Xenty.
Conocer y recordar el origen de estas palabras es una forma de mantener vivas las luchas políticas que nos han traído hasta aquí, dice él. Por eso, maricón o marica son palabras acuñadas y usadas en su origen con intención peyorativa pero que fueron reclamadas y asumidas con orgullo por el propio colectivo insultado.
“Cuando nos apropiamos de un insulto, lo que hacemos es abrazar con alegría aquello con lo que los otros querían estigmatizarnos, dejando claro que no sentimos ninguna vergüenza ni deshonra, en este caso por ser maricas. Al hacer bandera de la ofensa, no solo se desactiva el insulto y se desmonta el ataque, sino que además pone en evidencia a quien intentaba herir”, comenta Juan Camilo.
Asimismo, Daniel Restrepo, sociólogo de la Universidad de Antioquia, afirma que “cuando en las marcha cantan arengas como “uribista maricón” se evidencia que la gente no usa el término desde una reivindicación social hacía la población LGBTIQ+, sino que lo usa desde el punto del dominador, de la misoginia, de la homofobia, por eso es necesario reconocer que la resignificación del lenguaje es muy importante para la liberación.”
Además, Restrepo recalca que “cuando volvemos una palabra concepto, es decir, la sacamos de la unidimensionalidad, se puede pensar de otra manera y de ahí, construir nuevas realidades, respetando las diferencias que hay en la sociedad y entendiendo que no hay una verdad absoluta como nos lo hicieron creer por medio del lenguaje.”
Por eso los cánticos y arengas que denigran a la persona no deben ser aceptados en la movilización, hay que recordar que la lucha es de todos y todas y en esa lucha hay diversidad, hay las poblaciones que durante la historia han sido vulneradas como para que la misma sociedad que marcha use el lenguaje para atacarlos, comenta Restrepo.
El machismo, la homofobia y la transfobia matan
Habitar los espacios públicos al parecer está prohibido para la comunidad LGBTIQ+ y más aún, para las personas trans, tanto así, que tienen luchar a diario para poder ser respetadas, por eso crean colectivas donde se apoyan y exigen al Estado que se les garantice la vida, la integridad física y psicológica, dice Valery Parra mujer trans, activista y directora de la Colectiva Muxas.
“Siempre salimos a las calles con miedo: miedo a ser violadas, asesinadas o agredidas. No tenemos cupos laborales, tampoco acceso a la educación superior y a muchas hasta les toca hasta dejar sus territorios por persecución”, indica Valery.
En lo que va del 2021, han sido asesinadas 24 mujeres trans en Colombia, dos de esos asesinatos se registraron en Antioquia en una sola semana. Entre esos casos, está el de Isabella Garzón Monsalve, de 23 años, asesinada en Medellín el domingo 4 de julio después de terminar la marcha del orgullo LGBTIQ+.
“Cuál orgullo, si nos matan y hay un silencio institucional gigante. La violencia contra nosotras es sistémica y nadie hace nada. Vivimos en un país que no acepta las diferencias, que nos persigue por ser y amar a quien queramos. Por eso también luchamos, porque nuestras vidas. Nuestras voces tienen que ser escuchadas. Nos están matando”, comenta Valery.
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El 2020 fue uno de los años más violentos para la población LGBTIQ+, la ONG Colombia Diversa, registró 437 amenazas, 226 homicidios, 175 agresiones policiales y 738 víctimas.
Además, desde el 2011 se registraban en promedio 110 homicidios por año y en el 2020, esa cifra dobló, afirman desde Putamente Poderosas.
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“Quien ha salido a marchar, se enfrenta a la realidad que vive el país por la opresión, violencia y abuso de poder por parte de las autoridades, pues eso que se vive en el paro nacional, lo vive una persona trans en su vida cotidiana, es real, no es querer victimizarnos por ser la población más vulnerable dentro de los vulneradxs. Todo estas violencias se las siguen atribuyendo a que nos siguen catalogando como «PELIGROSXS», pero somos las personas trans quienes estamos en un entorno y sociedad peligrosa para nuestra existencia”, comenta Parra.
Además, también rechaza el abuso policial al que están expuestas porque según indica “esa institución no sabe respetar las diferencias, son machistas y por eso las atacan»
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Tanto Juan Camilo Hoyos- Drag Xenty como Valery Parra hoy luchan porque se respete la vida, la integridad física y psicológica de la población LGBTIQ+, por eso, en el Paro Nacional también hacen visibles esas violencias que viven diariamente, las cuales comienzan desde el lenguaje que usa la sociedad y llegan hasta el asesinato. Es necesario que todas las voces sean escuchadas y se hagan visibles otras formas de marchar y de existir.
