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«Me van a matar» anunció Ana Fabricia Córdoba, en una reunión realizada en el año 2011, semanas antes de su asesinato, en el Auditorio de la Alcaldía de Medellín.
En dicha reunión, participaban líderesas y líderes de Derechos Humanos con miembros del gobierno Nacional y Municipal de Medellín, además de representantes de la Policía. Nadie hizo nada por ella, la omisión de la INSTITUCIONALIDAD fue evidente.
Tres días antes de ser sancionada por el Presidente Juan Manuel Santos la Ley de víctimas, un siete de junio del 2011, esta luchadora fue asesinada al interior de un bus de transporte público por paramilitares urbanos. Su crimen sigue la impunidad.
Las palabras de un alto oficial de la Policía, frente a esta muerte, fueron repugnantes, buscando justificar el crimen, afirmaba que alguna gente le habría dicho que «La mataron por puta».
El 01 de febrero de 2014, al medio día, sicarios asesinaban al hijo de Ana Fabricia Córdoba, paradójicamente en esos momentos el Presidente Juan Manuel Santos, entregaba 1.000 nuevos policías para reforzar la seguridad en Medellín.
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Ya van cinco miembros de la familia de Ana Fabricia Córdoba, asesinados, incluyéndola a ella, nadie hace nada, solo se lavan las manos diciendo «No sabíamos de amenazas contra Carlos Arturo Ospina Córdoba» «Él nunca pidió protección» Como es normal que suceda, la Institucionalidad vuelve a mentir descaradamente, lo claro es que si sabían que los sobrevivientes de esa familia estaban amenazados.
Mientras unos y otros desde la institucionalidad se tiran la pelota, sigue reinando la IMPUNIDAD en torno al asesinato sistemático de la familia de Ana Fabricia Córdoba.
» De nuevo: aquí se protege al verdugo, no a la víctima. Ana Fabricia convocaba a los otros a no callar, a defender sus derechos en el país donde los derechos humanos se vulneran cada día» Reinaldo Spitaletta, el Espectador. com 13 de junio de 2011.