Ginebra, 23 octubre.- La pandemia de COVID-19 se encuentra en un momento crítico especialmente en el hemisferio norte, con el fuerte aumento de casos en zonas como Europa, y los próximos meses «van a ser muy duros», advirtió hoy el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
«La tendencia en muchos países está siendo peligrosa, con hospitales y unidades de cuidados intensivos llegando ya a sus límites de capacidad o sobrepasándolos, y eso que sólo estamos en octubre», advirtió el experto etíope en su última rueda de prensa de la semana.
Ante la actual coyuntura, Tedros pidió a los líderes políticos que «tomen acciones inmediatas para evitar muertes innecesarias, y para que no haya que limitar los movimientos y las escuelas puedan seguir abiertas».
«Como dije en febrero, esto no es un simulacro», alertó el máximo responsable de la OMS, para recomendar que los gobiernos tengan muy en cuenta los datos de la pandemia en sus países a la hora de tomar decisiones.
Añadió que las redes sanitarias donde los números de hospitalizaciones y casos graves ya sean altos «deben empezar a hacer los ajustes necesarios» y afirmó que en todos los casos «es importante sincerarse con la población, explicarles lo que deben hacer y cuál es la situación actual».
Subrayó que incluso los gobiernos que han logrado controlar el avance del coronavirus «deben redoblar sus esfuerzos».
«Los próximos meses van a ser difíciles», insistió Tedros, quien también indicó que en los casos en que poblaciones tengan que ser aisladas «los gobiernos deben hacer lo posible para ayudarlos, y para que sus negocios puedan recibir apoyo».
Tedros aseguró que con una buena política de aislamiento de casos «los confinamientos obligatorios pueden ser evitados», y concluyó señalando que «nunca es tarde para que las autoridades puedan darle la vuelta a la situación».
Europa ha adelantado al sur de Asia en número de casos, con 8,8 millones, y las cifras de nuevos casos diarios aumentan rápidamente, ascendiendo actualmente a cerca de 200.000, la mitad de las de todo el planeta y casi siete veces más que en el pico de la primera oleada en marzo y abril.
Las muertes en el Viejo Continente también van en aumento y están ya en torno a 2.000 por jornada, aunque las cifras todavía son menores que las de marzo y abril, cuando se alcanzaron máximos de hasta 5.000 fallecimientos diarios.