Quito, 24 de noviembre de 2022.- El asesinato de María Belén Bernal, convertida en un emblema de la violencia machista en Ecuador al ocurrir presuntamente a manos de su esposo dentro de una Escuela de Policía, ha sido un llamado a la sociedad ecuatoriana a actuar con mayor determinación para erradicar la violencia contra la mujer, afirma la representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Matilde Mordt.
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Mordt señaló en una entrevista con EFE que el asesinato de Bernal, investigado como feminicidio por las autoridades, ha sido «un punto de inflexión» por la atención que levantó, la manera en que sucedió y todas sus implicaciones políticas.
La representante del PNUD en Ecuador incidió en que la violencia hacia las mujeres está «muy arraigada» en Latinoamérica y señaló que «hay que combatirla de manera estructural», porque «hacen falta cambios estructurales, cambios de comportamiento y cambios de cultura».
«América Latina es la región con mayores niveles de violencia contra las mujeres. En Ecuador, el 65 % de las mujeres ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, y llama la atención que un 20 % lo ha experimentado en el ámbito laboral o en el educativo. Esa cifra es muy grave», advirtió Mordt.
«Hay que trabajar de manera amplísima en la sociedad a todos los niveles: en colegios, en asociaciones de productores, con diferentes etnias… y abordarlo de una manera muy masiva para tener este cambio de sociedad que realmente requerimos», añadió la representante del PNUD, que abogó por «nuevos modelos de convivencia y de igualdad entre géneros, a través de la educación».
FUNESTO AÑO DE FEMINICIDIOS
El 2022 apunta a ser el año con más muertes violentas de mujeres desde 2014, cuando se tipificó el delito de femicidio, de acuerdo a las estadísticas recopiladas la Fundación Aldea en colaboración con la Iniciativa Spotlight, que hasta el 15 de noviembre contabilizaban 272 feminicidios.
Para el Consejo de la Judicatura, son 331 las muertes violentas registradas desde inicios de 2022, aunque sólo 67 han sido procesadas por el delito de femicidio.
Entre esas medidas emprendidas en Ecuador, el PNUD ha apoyado en la implementación del Registro Único de Violencia, que estaba contemplado en la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, aprobada en 2018; y que se lanzará el 29 de noviembre.
«No es solamente una mera estadística, también es una herramienta de prevención», aclaró Mordt, pues la información compartida y contrastada de distintas instituciones, nueve en un inicio, permitirá crear un sistema de alertas tempranas ante posibles casos de violencia.
REPARACIÓN PARA VÍCTIMAS
La ley también contempla una reparación a las víctimas, y ahí el PNUD trabaja con instituciones para elaborar una política de reparación tanto económica como simbólica, pero ya ha puesto en marcha la iniciativa «Flores en el Aire», una herramienta de cartografía social que permite recorrer rutas de memoria de las víctimas.
«Ofrecemos un recorrido por los lugares donde vivieron estas mujeres y recordar lo que hacían en estos espacios. Es un recordatorio desde lo positivo, muy importante para las familias, con momentos muy delicados y emotivos, que terminan con una especie de ritual de lanzar flores en el aire», dijo Mordt sobre este espacio que busca poner rostro a las estadísticas.
Junto a ello también imparten talleres de masculinidad, «de hombres para hombres», con varias instituciones del Estado, tanto judiciales como del Gobierno, que «han tenido realmente una acogida muy buena», ya que ve beneficiosa esa sensibilización hacia los funcionarios para reflexionar sobre las masculinidades.
BOTAS VIOLETA
La representante de la agencia de la ONU para el desarrollo también valoró la importancia de los 16 días de activismo contra la violencia de género que inician el día 25, así como las «Botas Violeta», una campaña de sensibilización a través de PROAmazonía, programa del Gobierno de Ecuador con el apoyo del PNUD.
Esta estrategia, que repartirá botas de agua violetas a más de 500 mujeres productoras del sector rural y líderes de la Amazonía ecuatoriana como símbolo de empoderamiento de la mujer, nace del caso de una familia que necesitaba unas botas de agua nuevas y cuyo padre de familia decidió que todos tuviesen menos la madre.
Mordt incidió en los distintos tipos de violencia (física, doméstica, familiar, vicaria, económica, sexual, entre otras) que viven las mujeres, cuyas brechas en Ecuador se recrudecen más si se trata de mujeres del sector rural, y todavía más si son mujeres indígenas.
También recordó la violencia política y la necesidad de promover la participación política de las mujeres, algo que se busca con la campaña «Sin ti no hay democracia», en la que el PNUD, junto a otros organismos e instituciones, difunde la normativa legal que obliga a que, en las próximas elecciones provinciales y municipales de 2023, el 30 % de las listas de candidaturas estén lideradas por mujeres e incluyan a jóvenes en un 25 %.
«El tema de la igualdad entre hombres y mujeres es un tema de derechos humanos, y definitivamente los países con mayor índice de desarrollo humano (IDH) son los que también tienen buenos indicadores de igualdad de género», concluyó Mordt.
EFE