Unidades de la Sijín y la Sipol de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá capturaron en San Javier a Jarol Esney Vargas, alias Jarol Peto, de 26 años, hombre de confianza de alias Juancito, exlíder del combo Betania, que obedece órdenes de la odín Caicedo y quien se entregó a las autoridades el pasado 1 de mayo, acosado por la recompensa que la Policía y la Alcaldía de Medellín ofrecían por él.
Las autoridades realizaron cuatro allanamientos en la comuna 13, exactamente en el sector conocido como el Plan del Ché. Este hombre, según la Policía, se enfrentó a los uniformados con arma de fuego y trató de huir del cerco policial por varias casas y techos.
El operativo permitió la incautación de dos fusiles, una pistola, cinco proveedores, un supresor de sonido y 159 cartuchos de diferentes calibres.
Alias Jarol Peto registra antecedentes por los delitos de concierto para delinquir, desplazamiento forzado y homicidio agravado. Es responsable, según la investigación oficial, de la confrontación armada que se presenta en la comuna 13, San Javier, con el grupo de delincuencia común organizada La Torre, que ha dejado una serie de homicidios en esta zona de la ciudad.
El grupo de delincuencia común organizada Betania tiene rentas criminales aproximadas a los seis millones de pesos diarios, producto del tráfico de estupefacientes y el cobro de extorsiones en el barrio Cristóbal parte baja y en el barrio Betania.
Al capturado se le imputará en este caso el delito de tráfico, fabricación y porte de armas de fuego de uso privativo de las fuerzas armadas.
Apunte Urbano
Cada día que pasa se muestra una nueva captura la cual se presenta con el respectivo decomiso de armas largas, medias y cortas, eso demuestra que La Oficina del Valle de Aburrá denominada La Oficina de Envigado y sus más de 350 bandas tienen poder de fuego para enfrentar guerras internas o externas, incluso arremeter contra la fuerza pública y la institucionalidad en general, aunque se quiera evadir el debate público es evidente que hay demasiado armamento en manos del crimen urbano y rural, ¿Será que la institucionalidad está preparada para semejante reto? La respuesta la tiene la Alcaldía de Medellín, la Policía Nacional, la Fiscalía General de la Nación y el gobierno nacional, hasta el momento no responden a pesar que conocen a fondo el poder militar, territorial, logístico, económico y bélico de La Oficina y sus filiales las bandas.