En la incautación llamó la atención que los alijos tenían dos tipos de marcas: unas con el número 54 y otras con la imagen de un lingote de oro, lo que significa que los dueños del cargamento eran diferentes bandas.
¿Será que el papel del Gaula Oriente del Ejército, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional, en esa subregión, es la de dormir u omitir evidencias mientras el crimen transnacional se toma el oriente antioqueño?