Fue entonces cuando el Gaula de la Policía puso en marcha el plan candado y con el apoyo de un helicóptero se inicia la búsqueda de los delincuentes. Los victimarios al notar fuerte presencia de las autoridades huyeron, dejando abandonada la víctima.
En la incautación llamó la atención que los alijos tenían dos tipos de marcas: unas con el número 54 y otras con la imagen de un lingote de oro, lo que significa que los dueños del cargamento eran diferentes bandas.