Categoría: Federico Gutiérrez

Esto ya es común en esas zonas, sin embargo, guardábamos las esperanzas de que el 30 de noviembre y amanecer del 1 de diciembre la institucionalidad mostrara su efectividad en la llamada «alborada mafiosa» y, en particular, en la «alborada criminal» que la alianza de Pájaros Rebeldes y Chivos harían. Todos sabían que pasaría, solo el Plan de Intervención desconoció lo inevitable. Y así sucedió.

Esperamos que este año ellos hagan la diferencia y empiecen a cambiar el estado de cosas impuesto por el régimen criminal, ese que los vacuna, constriñe, envenena con droga a sus hijos, los esclaviza con el pagadiario, explota sexualmente a sus niñas, niños y adolescentes, ese que recluta forzadamente a sus hijos y que le impone un modo de vida que los lleva a vivir la esclavitud moderna.

La entramada de las estructuras criminales consiste en ir haciendo relevos de «carritos», ya que muchos de los adolescentes que se meten en el negocio, terminan expulsados del colegio o tan «calientes» en el barrio que desertan del estudio y se suman a las guerras de las calles de Medellín.

Igualmente, Análisis Urbano ha conocido de fuentes cercanas que ante el ajuste en el pacto del fusil y la división del territorio, la alianza entre Los Chivos y Pájaros Rebeldes busca ampliar sus finanzas, razón por la que han gravado un nuevo impuesto en sus territorios bautizándolo «impuesto de guerra». Este, cuya suma son $2.000.000 de pesos, será cobrado por la alianza a cada uno de los comerciantes formales e informarles y los prestamistas de pagadiario.

La Agencia de Prensa Análisis Urbano conoció en EXCLUSIVA las reuniones que se realizaron el pasado 22 y 25 de agosto de 2017 en algún lugar de la ciudad, en donde estuvieron representantes del crimen urbano-rural, desde jefes de las bandas hasta algunos patrones de La Oficina, para pactar el fin de la confrontación que se viene dando en el corregimiento de Altavista y algunos sectores de Belén (Comuna 16).