Los jóvenes asesinados fueron identificados preliminarmente como Santiago Londoño y Fernando Uribe, de quienes se aseguró que eran personas juiciosas y no estaban vinculadas con estructuras criminales.
La menor, hija de una prima del delantero, jugaba en la acera de su casa cuando fue alcanzada por una bala que accionó un ladrón que intentaba robar al conductor de una mototaxi y a su pasajera.
Aunque hace un par de años San Javier fue la comuna más violenta de Medellín, los últimos tres años se ha ido despojando de ese deshonroso primer lugar, gracias a que las acciones de los violentos disminuyeron. De hecho ocupaba hasta antes de este lamentable hecho el sexto lugar, con 9 homicidios. Pero ahora la cifra de asesinatos ascendió a 11, quedando de tercera y compartiendo lugar con Aranjuez y el corregimiento Altavista. Por eso, a los vecinos se les hizo extraño que regresaran los homicidios. Y, peor aún, de a dos.