Medellín, Colombia, 9 octubre de 2024.- Un trágico hecho de intolerancia se registró en el corregimiento de San Cristóbal, al…
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Los tres hombres con quien lo vieron minutos antes de morir en la carrera 100AD con calle 48FA, fueron los mismos que le dispararon en más de 35 oportunidades. La investigación señala que alias Crispeto sería el encargado de reclutar menores para el grupo criminal la Agonía, que delinque en la comuna 13 de Medellín, San Javier.
Allegados de la víctima aseguraron que esta habría sostenido días atrás discusiones con su expareja sentimental, quien la amenazó de muerte, por lo que se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de Luisa Fernanda, quien laboraba en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de Medellín, Sisc, Mateo se encontraba departiendo con otras personas en inmediaciones de una cancha de fútbol del sector, cuando fue abordado por desconocidos, quienes le causaron heridas con arma de fuego, que le produjeron la muerte en el lugar.
En desarrollo de esa absurda y cruenta reyerta han caído personas inocentes, a quienes les han disparado por cruzar una frontera invisible, por no obedecer, por denunciar o por negarse a sumarse a las filas de combos adeptos a esas dos líneas militares ilegales.
Según lo manifestado por la víctima, aproximadamente 7 personas lo llevaron a la vivienda donde lo amenazaron de muerte y le exigieron que entregara las llaves del carro porque lo necesitaban, al parecer, para cometer un ilícito. Cuando llegó la Policía Nacional varios de los hombres huyeron, pero encontraron a Tavera Beltrán y Álvarez Gómez con él.
Según testigos, a eso de las 2:16 de la mañana se escucharon gritos que provenían de la parte baja de un puente ubicado en la calle 58 con carrera 132, barrio Nazaret. En el sitio se presentó una riña en la cual Úsuga Arango llevó la peor parte.
En la mencionada reunión, los comerciantes tuvieron que entregar, mediando una amenaza, sumas entre $250.000 y $1.000.000, “en medio del estupor y del miedo que producen dichas amenazas. No terminaban de contar las últimas monedas de las ventas producidas en la semana y los presionaron para que entregaran una buena parte de sus ingresos producidos en las festividades”, agrega el escrito.