Defensores de los derechos de los animales abrieron este domingo su «temporada antaurina», con un colorido acto en el que denunciaron la «crueldad» de las corridas, en la misma jornada en la que comienza la llamada fiesta brava en Bogotá.
Miembros de organizaciones como AnimaNaturalis Colombia, Animal Guardians y la Coalición Colombia sin Toreo se reunieron en una concurrida avenida del centro de la capital para realizar el performance «Bogotá se tiñe de sangre».
En la actividad, cerca de cuarenta personas vestidas de negro rompieron unas coloridas «banderillas», similares a las empleadas en la lidia para avivar al toro, mientras gritaban consignas en contra de las corridas.
Al final del acto cayó sobre el grupo un polvo rojo para simular la sangre, «en un gesto que representa a todos los animales que han muerto y que van a morir en esta plaza de la infamia de La Santamaría», dijo a Efe Luisa Fernanda Garnica, una de las activistas.
Esta actividad, junto con un concierto de la Filarmónica de Bogotá y un «flash mob», abrieron formalmente la agenda antitaurina, impulsada de forma paralela al comienzo de la temporada en la Plaza La Santamaría de Bogotá, en la que este domingo están anunciados Morante de la Puebla, Luis Miguel Castrillón y Sebastián Castella.
«Desafortunadamente este año habrá temporada taurina en esta plaza de toros porque hay un contrato vigente de la Administración anterior que debe cumplirse, pero aquí no invertiremos ni un solo centavo», dijo esta semana la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien ha expresado en varias ocasiones su rechazo a esa práctica.
La paralela «Fiesta no brava» incluye decenas de actividades culturales desde febrero hasta marzo, con conciertos en el Parque Nacional, foros de películas para niños o debates sobre la protección de la vida con apoyo de las entidades del Distrito, como la Secretaría de Cultura y el Instituto de Protección Ambiental.
«Son varias actividades simultáneas para contrarrestar estos espectáculos de tortura y de matanza de animales», afirmó a Efe la concejal de Bogotá Andrea Padilla, del partido Alianza Verde.
MEDIDAS NORMATIVAS
La política explicó que, adicionalmente, está impulsando desde el Concejo de Bogotá un «proyecto para desincentivar las corridas de toros y novilladas».
El documento propone, por ejemplo, que los taurinos destinen el 30 % de su publicidad para «informar del sufrimiento que padecen los animales en estos espectáculos, que asuman la totalidad de operación y de logística de esas actividades o que se prohíba la venta y consumo de licor» durante la corridas.
«Pero tal vez la propuesta principal y más polémica es la eliminación de las banderillas, el estoque y la pica en las corridas y la prohibición de la muerte del animal en la plaza», indicó la concejal.
La Corte Constitucional de Colombia, al pronunciarse sobre la continuidad de las corridas de toros en Bogotá, vetadas en 2012 por el entonces alcalde Gustavo Petro, emitió en 2017 un fallo en el que estableció que se debían respetar en los municipios donde esa práctica tuviera un arraigo cultural.
La controversia sobre el tema se renovó esta semana en el país por el comienzo de la temporada bogotana y porque el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, ratificó que en sus cuatro años de gobierno los toros no tendrán cabida en el coso de La Macarena.
Al igual que el alcalde de Medellín, sus colegas de Bogotá y de Cali, Jorge Iván Ospina, han expresado abiertamente su rechazo a la tauromaquia y su intención de no destinar recursos públicos para esa actividad.
EFE