Un escuadrón de cachiporras trans busca romper barreras en El Salvador

FECHA:

San Salvador, 28 junio.- Un grupo de cachiporras (batuteras, cheerleaders con bastón) trans busca romper todo tipo de barreras sociales, las cuales les impide vivir libres, plenas y seguras en El Salvador, un país donde la discriminación y la violencia es el diario vivir de la comunidad LGTBI.

Con trajes llamativos, peinados elegantes y coreografías bien elaboradas, el «escuadrón», como es llamado por su líder, Sofia Zelaya, pretende cambiar el pensamiento de la sociedad conservadora salvadoreña.

El grupo conformado por al menos 16 chicas transexuales de distintas edades es representativo del oriental departamento de San Miguel y la idea de su creación nació hace cinco años, según lo comentó a Efe Zelaya de 36 años.

Cachiporras participan en un desfile con motivo del Día del Orgullo LGBTI el 26 de junio de 2021, en San Salvador (El Salvador). EFE/Rodrigo Sura

El escuadrón, que es acompañado por un grupo de jóvenes que tocan los diferentes instrumentos de la banda musical -o de paz como se le conoce en la región-, «rompe con los estereotipos y busca generar conciencia que todos podemos», dijo Zelaya.

«Créame que es muy difícil, pero lo hemos logrado y hemos sacado adelante (el proyecto) con mucho esfuerzo y con pocas ayudas, pero siempre adelante», comentó la mujer.

Señaló que el escuadrón que lidera «es uno de los más fuertes del país y el más esperado» en marchas y otros eventos de la comunidad de Lesbianas, Gais, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI).

«Es algo que cuesta bastante porque no todas la opiniones son iguales», enfatizó.

Zelaya subrayó que el baile, como su forma de expresarse, «nos ayuda a romper estereotipos porque es algo que se viene innovando» y aseguró que «lo que estamos haciendo es incluir (a la sociedad) nuestra cultura y nuestra creencia».

Las organizaciones de la comunidad por la diversidad sexual han reclamado durante años la creación de políticas públicas para tratar de reducir los niveles de discriminación que sufren hasta por funcionarios estatales y erradicar la violencia a la que están expuestos.

También han denunciado en diferentes ocasiones la falta de atención a la población LGTBI por parte del Estado salvadoreño frente a la violencia y discriminación que padecen.

«Nosotras somos iguales al resto, también somos personas, tenemos sentimientos, expresamos lo que sentimos y queremos que el mundo crea en nuestra ideología», manifestó.

Agregó que al bailar «me siento emocionada, bien y tranquila porque nos esforzamos como grupo y mi persona se siente satisfecha».

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en El Salvador, la esperanza de vida de una mujer trans es de solo 33 años, menos de la mitad de los 74 años de esperanza de vida de la población en general, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las principales víctimas de la violencia y la discriminación son las mujeres trans y los hombres gais. La violencia empuja a muchas personas LGBTI a migrar a otras ciudades e incluso a otros países.

Actualmente, las mujeres trans luchan para que se les reconozca y garantice su derecho a un nombre que corresponda a su identidad de género, ya que la Asamblea Legislativa de amplia mayoría oficialista mandó al archivo un proyecto de ley de identidad de género.

Sara Acosta

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