Lisboa, 15 octubre.– Portugal registró un nuevo récord de contagios por covid, 2.101 casos y once víctimas mortales en las últimas 24 horas, una tendencia que el Gobierno espera revertir con las restricciones que entraron hoy en vigor en medio de una polémica sobre el uso obligatorio de la aplicación de rastreo.
El grueso de los nuevos casos se detectó en la región Norte del país, seguida de Lisboa y Valle del Tajo.
Las últimas cifras elevan a 93.294 el número de contagiados en Portugal desde que comenzó la pandemia y a 2.128 las víctimas mortales.
Los datos confirman el crecimiento de la curva de contagios en Portugal, que elevó hoy su nivel de alerta nacional con restricciones que, entre otras medidas, reducen a un máximo de cinco personas las reuniones en la calle y restaurantes.
Además se limita a 50 personas el aforo en celebraciones como bodas o comuniones, se suspenden actividades educativas no lectivas y se agravan las multas por incumplimiento de las medidas de seguridad.
El primer ministro portugués, António Costa, espera que el Parlamento respalde en breve el uso obligatorio de mascarillas en la vía pública y la utilización generalizada de «Stayaway Covid», la aplicación de rastreo del virus que alerta de los contactos con positivos y que ha desatado un tenso debate político en Portugal.
La polémica nace tanto de la obligatoriedad del uso de la aplicación de rastreo como de la posibilidad de que la policía revise su utilización.
«El tema es saber si la obligatoriedad respeta o no la Constitución», apuntó hoy el presidente portugués, Marcelo Rebelo.
«Odio ser autoritario, pero tenemos que controlar la pandemia», insistió hoy Costa, convencido de que, a la vista de los datos, «era necesaria una sacudida».
El primer ministro no quiso adelantarse a comentar el escenario que puede abrirse en el próximo periodo de vacaciones en el país, durante las fiestas navideñas.
«Sería inimaginable aplicar medidas tan autoritarias como las que se aplicaron en Semana Santa», dijo en alusión al confinamiento que vivieron los portugueses durante la primera ola de la pandemia.
No obstante, coincidió con Rebelo en que las familias deben ir pensando en celebraciones más reducidas de lo habitual en esas fechas.
Mientras, crecen las voces que alertan sobre la saturación del sistema sanitario en el país y la alarma por brotes en universidades -como los que afectan a cerca de 200 estudiantes en Oporto y Aveiro- y residencias de ancianos, como en Beja (Alentejo), donde 83 de los residentes han dado positivo.
EFE