Bogotá, 9 marzo de 2023.- El exjefe de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Salvatore Mancuso pidió en una carta al presidente colombiano, Gustavo Petro, que le conceda estatus político a las AGC o Clan del Golfo, heredero de este primer grupo armado, para poder entrar a negociar políticamente en la «paz total».
Mancuso, que se encuentra cumpliendo condena en una cárcel de Estados Unidos, envió una misiva a Petro y a los jefes de las dos cámaras del Congreso para que convoquen una audiencia pública para que él, como alguien que ya participó en acuerdos con el Gobierno -cuando se desmovilizaron las AUC- puedan formular sus «reflexiones, sugerencias y perspectivas».
Una audiencia similar se dio en 2004, cuando gobernaba Álvaro Uribe, y Mancuso, junto con otros dos jefes paramilitares, llegaron al Congreso para exponer sus ideas poco antes de que se pactase la desmovilización de este grupo, el principal paramilitar y el que más asesinatos cometió durante el conflicto armado colombiano.
Ahí quiere exponer «las condiciones que se requieren para lograr una desmovilización con garantías de reincorporación integral y efectiva a la sociedad», a pesar de que supuestamente actualmente no ejerce el liderazgo sobre ningún grupo.
El exjefe paramilitar lamentó ahora que el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, no otorgue estatus político al Clan del Golfo -también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)-, mientras que sí le da ese estatus -que conlleva el derecho a una negociación política- a las disidencias de las FARC.
«Con mentiras, como lo ha hecho el Estado en todas sus negociaciones de paz, desmovilizan las organizaciones armadas para luego dejarlas a merced de la inseguridad jurídica y física, la extradición y el gatillo de los enemigos y verdugos de la paz», aseguró Mancuso, poniendo paralelismos con su situación y su extradición después de la firma con Uribe.
Mancuso ve un «craso error» en hacer esa diferencia y acusa a Rueda de tener una «actitud ideologizada», encaminada a «resolverle su situación» a Iván Márquez (jefe de la Segunda Marquetalia, disidente de las FARC) y del ELN.
Según su relato, al alto comisionado le produce «incomodidad» el «reconocer que aquí hubo un actor armado de carácter político que fueron las AUC y que el Estado suscribió un acuerdo del que hice parte y que se incumplió casi en su totalidad».
Y en ese sentido aseguró que de ese «fracaso» fue que surgió el Clan del Golfo, como unas disidencias de las AUC: «tienen control territorial real y suplantan al Estado en muchos lugares del país, es decir, son un actor político en esas regiones», justificó.
El Gobierno colombiano ha mostrado su voluntad de dialogar con todos los grupos, incluido el Clan del Golfo, aunque ese «acercamiento» está lejos de la mesa de diálogos (o de establecer un «espacio sociojurídico», como lo denomina el Gobierno a aquellos grupos sin estatus político y a quien ofrece un sometimiento a la justicia).
Por ello, Mancuso, acusado de cometer decenas de miles de crímenes en Colombia y que fue extraditado a EE.UU. a 2008 por narcotráfico, denunció una «asimetría» en el tratamiento a grupos y que están actuando con «temeridad» al definirlos de forma ideológica.
Mancuso ya ha escrito en otras ocasiones a Petro mostrando su voluntad de cooperar en el proceso de «paz total», pero ahora lo hace, además de para mostrar su malestar, para proponer también una conferencia regional latinoamericana sobre cultivos ilícitos y narcotráfico.
«Mi llamado es a que nos escuchen, a que reconozcan que tenemos una experiencia valiosa que sería útil compartir», alegó, subrayando la necesidad de «un diálogo político para terminar con esta confrontación armada».
Las AGC es el principal grupo criminal del país, dedicado sobre todo al narcotráfico y actividades ilegales, y tiene mucha influencia en la costa Caribe y Pacífica, con alrededor de 9.000 miembros y control en catorce departamentos.
EFE