Unidades de la Fiscalía General de la Nación, con el apoyo de los Gaulas de la Policía Nacional y el Ejército Nacional, capturaron en las últimas horas a dos mujeres y un hombre, como presuntos responsables de suministrar alcaloides tropánicos a ciudadanos nacionales y extranjeros para robarles el dinero y sus pertenencias.
Las autoridades tienen serios indicios de que estas personas buscaban y elegían a sus víctimas en zonas de diversión de Medellín y de masiva asistencia los fines de semana, como el Parque Lleras en El Poblado, considerado la mayor zona rosa de la capital antioqueña, y les suministraban escopolamina en la bebida o en polvo, soplándola en el rostro.
Los delincuentes, aprovechando que sus víctimas perdían la conciencia, saqueaban sus cuentas bancarias y se apropiaban de sus elementos de valor. Pero ahí no terminaba todo. El desconocimiento de los efectos nefastos que produce ese alcaloide, cuya sobredosis puede causar delirio, parálisis, estupor y la muerte, hizo que en muchos casos sus víctimas perdieran la vida y se vieran obligados a abandonar los cadáveres en las afueras de la ciudad o en alguna banca.
Los investigadores los señalan de ser los autores de las muertes de dos profesores, uno colombiano y otro extranjero, quienes fallecieron por sobredosis de escopolamina.
El primer caso fue el del profesor canadiense Ramazah Gencay, cuyo cuerpo fue hallado el lunes 24 de diciembre en el corregimiento San Sebastián de Palmitas, occidente de Medellín. Gencay, de origen turco y quien se desempeñaba como docente de economía de la Universidad Simon Frazer de Canadá, había desaparecido el 6 de diciembre de ese mismo mes en la capital antioqueña.
Ese día, en horas de la noche, salió con algunas personas a una discoteca de la carrera 70. Así quedó registrado en las cámaras de seguridad. Desde entonces no se tenía noticias del docente. Su cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición en una quebrada del sector La Volcana, en Palmitas. A Ramazah le suministraron escopolamina para robarle el dinero de sus cuentas bancarias, que fueron vaciadas, por lo que habría muerto de una sobredosis de ese alcaloide.
El segundo caso es el del docente e investigador Jairo Antonio Rodas Areiza, de 33 años de edad, quien fue hallado sin vida en una de las bancas que hacen parte del sistema de transporte del tranvía, a la altura del barrio Buenos Aires.
La última vez que fue visto con vida estaba con dos mujeres en el Parque Lleras el domingo 30 de diciembre de 2018 en horas de la noche.
En ese entonces, el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Andrés Tobón Villada, indicó que andaban tras la pista de las mujeres que acompañaron al docente.
Jairo Antonio Rodas era ingeniero administrativo y estudiante de un doctorado en Industria y Organizaciones. Se desempeñaba como profesor del Instituto Tecnológico Metropolitano y de la Universidad Nacional, sede Medellín.