Medellín, ¿refugio o paraíso de poderosos narcos internacionales?, como ‘Alfredillo’ y ‘Ermes’

189
Imagen tomada del video de la Policía Nacional, la captura de un padrino de la mafia Italiana, Gustavo Nocella, alias 'Ermes'.

Medellín, Colombia, 21 0ctubre de 2024.- Medellín, una ciudad conocida internacionalmente por su historia turbulenta relacionada con el narcotráfico, sigue siendo un foco de atención para el crimen organizado a nivel global. A lo largo de los años, la urbe paisa ha mantenido su reputación como un refugio para capos internacionales, desde herederos de cárteles mexicanos hasta figuras clave de la mafia italiana. Recientemente, la captura de Gustavo Nocella, alias ‘Ermes’, y otros criminales transnacionales ha evidenciado cómo la capital antioqueña sigue siendo una pieza clave en las redes de narcotráfico global.

La sombra de ‘Alfredillo’ Guzmán en Medellín

Jesús Alfredo Guzmán Salazar, conocido como ‘Alfredillo’ e hijo del notorio Joaquín «El Chapo» Guzmán, llegó a Medellín a finales de septiembre de 2016, poco después de ser liberado en México. Conocido como uno de los más buscados por la DEA, ‘Alfredillo’ residió durante varios meses en Medellín. Esta ciudad se ha convertido en un lugar “seguro” para altos mandos del Cártel de Sinaloa que enfrentan problemas en su país. Aunque las autoridades colombianas negaron insistentemente la presencia de ‘Alfredillo’, las dudas persisten, sugiriendo que fallas en la inteligencia local permitieron que su estadía pasara desapercibida.

Pero la presencia de ‘Alfredillo’ en Medellín no es un caso aislado. La ciudad ha sido el escenario para la residencia temporal de múltiples líderes del crimen organizado internacional, destacándose por tener una supuesta “buena seguridad”, legal e ilegal, que paradójicamente, ha facilitado su estadía.

El narcotráfico global se reúne en Medellín

El 19 de diciembre de 2022 fue capturado en Medellín el narcotraficante holandés Taoufiq Ramsis, buscado por lavado de activos. Esta operación del FBI evidenció que la ciudad no solo es un refugio, sino también un centro de operaciones para criminales internacionales. Asimismo, en agosto de 2023 se llevó a cabo la captura de Hugo Orlando Sánchez Jiménez, alias ‘Romario’, vinculado con el Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil, la misma organización que, se sospecha, estuvo detrás del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci.

El 11 de septiembre de 2024, las autoridades capturaron en el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, Antioquia, a Ángel Josué Velázquez Bravo, conocido como un pagador del Cártel de Sinaloa. Este individuo, casado con la sobrina de Rafael Caro Quintero, otro histórico narcotraficante, ingresó al país con más de once millones de dólares, fortaleciendo las operaciones de narcotraficantes en Cali, Medellín y Cúcuta.

Otro nombre relevante es el de Junior Alexander Roldán Paredes, alias ‘JR’, jefe de Los Choneros en Ecuador, quien fue visto en el Valle de Aburrá. Presuntamente asesinado en mayo de 2023, en el municipio de Fredonia, Suroeste antioqueño, su cadáver fue robado de un cementerio en Envigado, dejando abierta la posibilidad de que su muerte fuera simulada para evadir la justicia.

Más recientemente, en octubre de 2024, fue capturado en el aeropuerto El Dorado, camino a Medellín, el lituano Virginijus Labutis, vinculado al “cártel de los Balcanes”, demostrando cómo la ciudad sigue siendo un nodo importante para el crimen organizado.

El ‘Padrino’ de la Mafia Italiana en Medellín: captura de Gustavo Nocella

La operación más destacada de los últimos meses fue la captura de Gustavo Nocella, alias ‘Ermes’, quien era considerado el ‘nuevo Padrino’ de la mafia italiana. En una operación conjunta entre la Policía Nacional de Colombia, Europol, la Policía de Carabineros de Italia y autoridades del Reino Unido, ‘Ermes’ fue arrestado en un lujoso apartamento de Medellín tras seis meses de investigación. Con una notificación Roja de INTERPOL por su participación en redes de tráfico de drogas, Nocella era el principal enlace entre clanes italianos y organizaciones delictivas sudamericanas, facilitando el transporte de cocaína hacia Europa.

El general William René Salamanca Ramírez, director de la Policía Nacional, destacó la relevancia de la captura y subrayó la cooperación internacional que permitió cerrar el cerco sobre ‘Ermes’. Este operativo se une a una serie de capturas de capos europeos en Antioquia, como la reciente detención de un narcotraficante alemán en el Aeropuerto José María Córdova, quien usaba un pasaporte ecuatoriano falso para eludir a las autoridades.

La cooperación internacional y la lucha contra el crimen en Medellín

La colaboración entre Colombia y agencias de seguridad internacionales ha sido clave para enfrentar al crimen organizado. Las capturas recientes de capos italianos, alemanes y otros delincuentes de origen europeo y latinoamericano muestran la efectividad de las estrategias conjuntas. Sin embargo, estas mismas acciones reflejan un reto persistente: la creciente influencia de organizaciones transnacionales que ven a Medellín y otras partes del Valle de Aburrá como un punto estratégico para sus operaciones ilícitas.

Desde la ONG Corpades y Análisis Urbano seguimos advirtiendo que esta cooperación criminal va más allá de simples bandas locales. Estamos hablando de un esquema complejo que conecta a Europa, Estados Unidos, América Latina y Asia. Además, es clara la existencia de redes del crimen trasnacional que están dedicadas a la trata de personas y que operan en varias regiones del mundo, utilizando a Medellín como un punto de enlace.

Un golpe al narcotráfico global: la estrategia continúa

La captura de ‘Ermes’ podría representar un golpe importante, más no contundente, contra las redes de tráfico de drogas, trata de personas, lavado de activos, entre otros y que conectan América Latina con Europa. Las autoridades colombianas deben seguir trabajando en colaboración permanente con agencias internacionales de Estados Unidos, Europa, Asia, para desmantelar estas redes delictivas. La captura de alias ‘Ermes’ es una señal de que la cooperación internacional es fundamental para luchar contra el crimen organizado.

A pesar de estos esfuerzos, la presencia de figuras como ‘Alfredillo’, ‘Romario’, o ‘Ermes’ en Medellín plantea desafíos significativos para las autoridades y la sociedad en general. La ciudad de Medellín sigue siendo un punto de interés para el crimen organizado global, y aunque las capturas recientes representan avances, queda claro que la lucha está lejos de terminar. Las autoridades colombianas deben continuar bajo presión para garantizar que Medellín deje de ser un refugio seguro para los capos del crimen transnacional, la cooperación entre los Estados es la clave para seguir desmantelando estas estructuras ilegales en todo el mundo.

Medellín y Antioquia: el refugio del crimen transnacional

En las últimas semanas, las autoridades de Antioquia han intensificado la vigilancia y expulsión de varias personas vinculadas a estructuras del crimen organizado internacional.

Sin embargo, esto ha planteado serias preguntas sobre el tipo de actividades que están desarrollando estas figuras delictivas en el departamento y si realmente se está logrando contener la expansión del narcotráfico y otros delitos transnacionales en la región.

La infiltración del crimen internacional en Antioquia

De acuerdo con informes recientes, figuras representativas de carteles y organizaciones delictivas de distintos rincones del mundo están eligiendo Medellín y otras zonas de Antioquia como puntos clave para sus operaciones. Este fenómeno ha llevado a algunos expertos, como Fernando Quijano, analista de conflictos, a expresar su preocupación por la creciente presencia del crimen transnacional en el Valle de Aburrá y el Oriente antioqueño.

Medellín, el Valle de Aburrá e incluso el Oriente antioqueño “se están volviendo un paraíso terrenal para el crimen transnacional y nacional,” afirma Quijano, quien añade que estas estructuras no son simples bandas locales, sino organizaciones que conectan América Latina con redes en Europa, Asia y Estados Unidos. En este contexto, Medellín se convierte en un epicentro de tráfico de drogas, lavado de dinero, trata de personas y explotación sexual, entre otros.

¿Qué motiva la llegada de capos internacionales a Medellín?

Uno de los factores que ha llamado la atención de las autoridades y expertos es la recurrente presencia de individuos vinculados a importantes carteles internacionales. Entre ellos se incluyen nombres relacionados con el Cártel de Sinaloa, el Cártel de los Balcanes, el Tren de Aragua, mafias de Holanda, Brasil, Rusia, Reino Unido, Ecuador y El Salvador.

Las razones detrás de esta “migración” delictiva hacia Medellín pueden ser varias. Por un lado, se especula que varias estructuras armadas organizadas de Antioquia, que históricamente ha controlado actividades ilícitas en la región, podría estar ofreciendo algún tipo de protección o colaboración para facilitar sus operaciones, sin embargo, no se puede descartar que desde sectores de la fuerza pública se esté prestando el servicio de protección oficial a los visitantes del crimen transnacional.

Seguimos insistiendo, a pesar de las capturas anunciadas con bombos y platillos, la inteligencia del Estado colombiano sigue durmiendo. Estas redes delictivas están aprovechando la situación para expandir sus operaciones, usando a Medellín y, por ende, a Antioquia, como punto estratégico. Por ejemplo, hay subregiones como el Oriente y Suroeste antioqueños, donde se observan estructuras armadas ilegales y legales que podrían estar prestando servicios de protección a los capos internacional que se han refugiado o están de paseo en la región.

Rumbas duras y turismo sexual: los nuevos rostros del crimen organizado

Un aspecto que ha facilitado el asentamiento de estas organizaciones en la región es la proliferación de eventos de alto consumo de drogas y la prostitución en fiestas abiertas y clandestinas. Las rumbas duras, llenas de consumo de sustancias alucinógenas y explotación sexual, estarían incrementando los negocios entre estos cabecillas.

De hecho, en Medellín se ha identificado un auge en la organización de fiestas que sirven como fachada para actividades ilegales, como la venta de drogas sintéticas y la trata de personas. Quijano afirmó que “estas fiestas se han convertido en epicentros para el establecimiento de contactos y transacciones entre criminales nacionales e internacionales, extendiendo las redes del tráfico de drogas, trata de personas, pedofilia, y lavado de activos”.

El departamento de Antioquia se encuentra ante un gran negocio que no es “manejado por simples bandas, sino que es un negocio de mafias que se conecta con Europa, Estados Unidos, América Latina y Asia, todo esto ocurre ante la pasividad e indolencia institucional”, agrega Quijano.

La conexión con el tráfico internacional de personas

El fenómeno de la trata de personas es otro de los graves problemas que enfrentan las autoridades en Medellín y Antioquia. “Hay catálogos de mujeres, niños, jóvenes y hombres que circulan en Europa, América y Asia para la red de trata de personas y explotación sexual”, explica Quijano. Estos catálogos reflejan una estructura sofisticada que se conecta con redes criminales en diferentes partes del mundo, utilizando a Medellín como una base para expandir estas operaciones.

Es de anotar que, en el Aeropuerto José María Córdova de Rionegro e incluso en el aeropuerto Olaya Herrera, hay unas redes que aún no ha sido detectadas por completo, y que estarían sirviendo a los intereses del crimen transnacional. Esta estructura podría estar facilitando el tránsito de drogas, dinero y personas, consolidando aún más a Medellín como un punto estratégico para estos grupos.

El frágil balance entre turismo y crimen

A pesar de los esfuerzos del gobierno para promover el turismo en Medellín, la situación actual pone en evidencia una problemática compleja. La llegada constante de extranjeros vinculados al crimen organizado ha generado preguntas sobre la seguridad y la capacidad de las autoridades locales para controlar esta situación. Las operaciones que conectan el turismo sexual, el tráfico de drogas y la trata de personas en la región son una preocupación latente, y la falta de respuestas contundentes por parte del gobierno y las fuerzas de seguridad solo incrementa la sensación de impunidad.

El temor de que la ciudad se esté convirtiendo en un «paraíso para el crimen» podría socavar los avances logrados en términos de seguridad y desarrollo económico, construidos arduamente durante las últimas décadas. Además, pone en peligro a la población más vulnerable, que se ve directamente afectada por la violencia y explotación derivadas de estas actividades.

¿Puede Medellín recuperar el control?

La solución a esta problemática no solo radica en capturar a los cabecillas de las redes criminales, sino también en desarticular los sistemas que les permiten operar con relativa impunidad. La colaboración internacional será clave para frenar el flujo de dinero ilícito, drogas sintéticas (como el éxtasis) y personas en la región, así como interceptar las operaciones que se generan desde Medellín hacia el resto del mundo.

A pesar de los desafíos, hay cierta esperanza en las iniciativas de cooperación internacional que han permitido capturas importantes en el pasado reciente. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que Medellín deje de ser vista como un santuario para capos internacionales y regrese a ser una ciudad reconocida por su resiliencia y transformación social.

Reiteramos, el crimen organizado sigue encontrando en Antioquia un refugio perfecto para sus operaciones, pero no podemos permitir que esta situación continúe. La inteligencia y las fuerzas de seguridad deben actuar de forma contundente y coordinada para proteger la región y garantizar la seguridad de sus habitantes.

A.U.