Ante el rumor de la existencia de un nuevo pacto del fusil en la ciudad entre estructuras criminales enemigas para, al parecer, reducir los homicidios en la capital antioqueña y el Valle de Aburrá, es el deber de la Agencia de Prensa Análisis Urbano y la Corporación para la Paz y el Desarrollo, Corpades, con base en información suministrada desde fuentes de inteligencia y corroborada desde el corazón de estos grupos ilegales que tienen su asiento en Medellín, aclarar esa versión que circula y develar lo que en realidad está sucediendo.
Este viernes 15 de febrero, el Comité de Derechos Humanos de la Comuna 13, San Javier, aseguró en un escrito que varios grupos armados de esa zona de la ciudad habrían llegado a un acuerdo para repartirse el territorio, las plazas y la extorsión.
“El Comité de Derechos Humanos de la Comuna 13 informa que después de un año de intensa guerra entre varios grupos armados, que dejó más de 170 personas asesinadas, 200 personas lesionadas y 700 personas desplazadas, los grupos armados que han generado esta guerra absurda han llegado a un acuerdo entre ellos, donde se reparten el territorio, las plazas y la extorsión”, señaló uno de sus voceros.
Como se recordará, en Medellín, en julio de 2013, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC (conocidas entonces como los Urabeños y rebautizadas por el expresidente Santos como Clan del Golfo) y la Oficina del Valle de Aburrá, conocida también como la Oficina de Envigado, concertaron no agredirse entre ellas, ese acuerdo al que le denominamos el Pacto del Fusil, el Departamento del Tesoro de Los Estados Unidos en junio de 2015 lo llamó el acuerdo criminal.
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Efectivamente, las cifras de asesinatos en Medellín y su área metropolitana disminuyeron: En 2011 los homicidios fueron 1.649, en 2012 la cifra fue de 1.251, en 2013 (año del Pacto) el número empezó a descender y llegó a 925, en 2014 se perpetraron 660 y en 2015 los casos fueron 498. Aunque en los últimos años la tendencia ha sido al alza, no se comparan con los hechos de sangre registrados, por ejemplo, en 2009, año donde estaba en plena guerra la Oficina, en cabeza de alias Sebastián y alias Valenciano, en la ciudad fueron asesinadas 2.186 personas. Esto porque, como lo aseguramos, el Pacto del Fusil continúa.
Y aunque el Pacto sigue vigente, también yuxtapuesto a este existe una guerra fría, pero adentro de la Oficina del Valle de Aburrá. Como lo hemos sostenido, esa estructura del crimen está dividida en dos bandos: la Confederación Criminal (o Línea 40, antes línea 20) que ha venido recuperando territorios en Medellín y el sur del Valle de Aburrá y la Alianza Criminal del Norte (Línea 60, antes línea 80) que reconoce la perdida territorial.
La Confederación Criminal está integrada, entre otros, por estructuras poderosas como Los Pesebreros, La Terraza, Oficina de San Pablo, entre otros, además están aliadas bandas como el Corazón, la Torre, el Coco, Pradera, el Salado, Independencia, que obedecen órdenes de hombres como Douglas y Pesebre y, además, tendrían el apoyo de estructuras aliadas a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC o Clan del Golfo.
La Alianza Criminal del Norte la integran las bandas del norte del Valle de Aburrá, con excepción de los Triana, quienes desde hace décadas se han declarado independientes de la Oficina y otras estructuras paramafiosas que operan en Antioquia, además participa la Oficina del 12, Los BJ o Chamizos, Belén San Bernardo, Los Pájaros, entre otros, bajo el mando de la denominada dirección colegiada, que heredó el mando de alias Tom.
Se debe resaltar que la Alianza tiene muchos de sus miembros metidos en las bandas de Betania, la Sexta, y que han apoyado decididamente hasta hace poco a la Agonía.
La Alianza Criminal (Línea 60) y la Confederación (Línea 40) están en guerra, pero es una guerra fría, pues entre ellos, no se atacan, pero patrocinan a sus bandas cuando se enfrentan con bandos opuestos, como ocurría en la comuna 13 entre la Agonía y el Coco o Betania y la Torre o la Sexta y las Independencias, el Salado y el Corazón.
Sí, ocurría, porque a lo que se refieren los voceros el Comité de Derechos Humanos de la Comuna 13, San Javier, es a un probable acuerdo al que llegaron esas bandas, principalmente estás últimas mencionadas. Los enfrentamientos entre ellos dispararon las cifras de criminalidad no solo en la comuna 13 sino en toda la ciudad.
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Detrás de esto también podría ocultarse un triunfo de la Confederación Criminal, que habría ganado terrenos perdidos ante la Alianza en sectores claves de las comunas 13 (San Javier) y 16 (Belén) y los corregimientos de San Cristóbal y Altavista. Los Pesebreros vuelven a ser jefes en territorios en los que habían sido vencidos. También la Terraza habría ganado nuevos miembros y plazas en Sabaneta y Envigado. De no ser una victoria, un triunfo militar, lo que se habría presentado es un empate, con el cual también salieron ganando los jefes de la Confederación.
Sería para nosotros motivo de alegría decir que se acaban las guerras, que hay pactos, acuerdos, alianzas, que el Gobierno solucionó todas las necesidades de la población, que hay salud de calidad para todos, empleo, educación y vivienda digna para los integrantes de todas esas comunidades abandonadas por el Estado. Pero lamentablemente no es así.
Nuestras fuentes aseguran que no hay un nuevo pacto del fusil en la ciudad. También, que el Pacto anterior sigue vigente y que lo que ocurre en la comuna 13, y que es a lo que se refiere probablemente el Comité de Derechos Humanos de la Comuna 13, es una tregua para reducir las escaramuzas, esperamos sea duradera. Para ello acordaron ceder territorios, dividir el cobro de extorsiones, redistribuir plazas de vicio, no invadir zonas contrarias y, principalmente, no agredirse. Una tregua, un choque de manos que aun así no va a borrar el dolor que siente la banda de la Agonía por los últimos acontecimientos.
Barrio Antioquia y Altavista
En el barrio Trinidad, más conocido como Barrio Antioquia y otras zonas ubicadas en el sur del Área Metropolitana también se habría presentado un acuerdo que surje a partir de un pacto de no agresión entre un poderoso clan familiar que tradicionalmente ha manejado el negocio ilícito en Barrio Antioquia y otros bandos del Valle de Aburrá, como la Terraza, de la Confederación Criminal, con quienes se estaban enfrentando.
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En cambio por los lados de Belén (comuna 16) y el corregimiento de Altavista no soplan vientos de paz. La fuerte tensión que existe desde la separación de la Unión Chivos-Pájaros obliga a pensar en un desenlace sangriento entre estas dos bandas ilegales. La fuerte presencia del Ejército Nacional ha impedido que estos dos bandos se enfrenten abiertamente, aunque no se haya podido evitar los homicidios, el aumento de las vacunas, tráfico de droga, pagadiarios, pero desde sus lugares se desafían permanentemente, lo que genera temor en la comunidad que habita esa vasta zona de la ciudad.
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Finalmente, no podemos dejar de mencionar que la reducción de los homicidios esta semana en Medellín podría deberse en parte a la competencia ciclística denominada Tour Colombia 2.1, que cuenta con la presencia de grandes representantes de ese deporte, como Álvaro Hodeg (Quick Step), Rigo Urán (EF) y Chris Froome (Sky) y que concluye este domingo 17 de febrero en el Alto de Palmas. Es un evento internacional, que puso las miradas del mundo en Medellín, una ciudad en la que se reduce los homicidios ostensiblemente cuando hay eventos internacionales, la venida a Medellín del Papa Francisco lo demostró . Así debería comportarse siempre nuestra ciudad metropolitana.