El día sin carro y sin moto en Bogotá avivó la discusión entre quienes defienden la medida porque mejora la movilidad y ayuda al medio ambiente, y entre aquellos que se sienten perjudicados, como los comerciantes que reportan caídas en sus ventas hasta del 60 %.
La medida se remonta al 2004 y fue producto de una consulta popular en la que la gente votó afirmativamente un decreto en el que se prohíbe la circulación de vehículos automotores en Bogotá el primer jueves del mes de febrero de todos los años y que luego se amplió a las motocicletas.
Sin que hubiera salido el sol, las estaciones del sistema de transporte de Bogotá estaban atestadas de gente que buscaba ingresar para tomar autobús, operación en la que con suerte gastaban no menos de 15 minutos.
Las dificultades para acceder al criticado servicio de taxis y al Transmilenio hizo que se notara más la salida de Colombia de Uber, plataforma que dejó el país el pasado sábado.
APOYO CON CONDICIONES
La Alcaldía calcula que en la jornada al menos 1,8 millones de carros y cerca de medio millón de motos dejan de circular por Bogotá, una ciudad de más de ocho millones de habitantes que no tiene metro y a diario vive atascos, especialmente en las horas punta.
«Es una medida buena pero tienen que regular la emisión en el transporte público, vengo asfixiado del humo de los autobuses y los taxis, no sé cómo regulan esas medidas en los carros públicos», dijo a Efe William López, un electricista que suele viajar en carro particular o en motocicleta.
Pese a la queja de la contaminación del transporte público, López asegura que «es una medida buena porque lo obliga a uno a hacer deporte: hoy saqué mi bicicleta, se siente uno oxigenando mejor, con los pulmones más grandes».
En apoyo al día sin carro se sumó Angie Clavijo, quien destacó que se podía transitar más rápido pero que el sistema de transporte público de Bogotá, que está a cargo de Transmilenio con autobuses, contamina más que los carros particulares.
«Los buses parece que contaminan más que un automóvil particular, la Alcaldía y el Gobierno tiene que revisar ese tema», dijo.
LOS PERJUDICADOS
Sobre el papel, los taxistas eran los llamados a tener día bueno porque los usuarios se deberían multiplicar. Sin embargo, no todos estaban contentos.
«Todo ha estado igual solo mejora en las horas pico, de resto todo muy normal, todo se siente de la misma manera los mismos trancones de siempre por ejemplo», se lamentó el taxista Oscar Hueso.
Por su lado el director ejecutivo de la seccional Bogotá de Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Juan Esteban Orrego, dijo a Efe que «la caída de las ventas de los comerciantes son del 50 %» y que seguramente pueden llegar al 60 % porque en esta ocasión la jornada se alargó tres horas.
«Unos comerciantes aprovechan el día para hacer reparaciones, hacer aseo y otras actividades porque a los empleados se les debe pagar el día», apostilló.
Se calcula que el comercio organizado en Bogotá factura diariamente un billón de pesos (unos 295,4 millones de dólares).
LOS BENEFICIADOS
Entre los que ganan en la jornada están las empresas que rentan carros eléctricos, que sí pueden circular, porque sus vehículos tuvieron una alta demanda.
«El parque automotor se agotó, ya no hay disponibles», dijo a Efe Mauricio Guzmán, fundador y presidente ejecutivo de Emobi, una aplicación para celulares que brinda el servicio de alquiler de carros eléctricos en Bogotá.
Otro de los sectores que se ven beneficiados en esta jornada son las que tienen aplicaciones de domicilio y mensajería, tiendas deportivas y de bicicletas porque en esta última se incrementan las ventas de cascos, guantes, chalecos, cintas reflectivas y vestuario deportivo en general.
INVITACIÓN A REFLEXIONAR
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, destacó que este día es una jornada de reflexión para que los ciudadanos reconozcan la importancia de movilizarse de forma sostenible, de cambiar el carro particular por bicicleta y transporte público.
De cada 100 personas, 85 usan alternativas diferentes al carro particular para movilizarse a sus trabajos, sitios de estudios y a sus casas. Cerca del 25 % de los viajes se hacen en transporte público.
«Hoy es un día para que el 15 %, la minoría que usa carro, viva como el 85 % que todos los días usa transporte público, camina o usa bicicleta. Es un día para que sepan cómo vive la mayoría y para que reflexionemos. Es un día para no estar en trancones, en el que vamos a ver la ciudad desde otra perspectiva, desde sus andenes, desde el transporte público y es un día para que los taxistas se luzcan», concluyó López.
EFE