Las autoridades de la ciudad, en cabeza del acalde, siguen anunciando un combate directo hacia los grupos criminales, al mismo tiempo que reportan capturas, como las que se presentaron la semana pasada en contra de 32 personas pertenecientes a los combos de La Agonía y San Pablo.
Categoría: Análisis
El reacomodamiento de algunas estructuras criminales como la Oficina del Doce de Octubre, BJ o Chamizos, La Terraza…
En suma, el Clan del Golfo, a través de Los Pachelly, estaría controlando la vía que comunica a Bello con San Félix, zona que es poco custodiada por las autoridades y que resulta clave para el tráfico de mercancía ilegal y criminal, con enlaces con los otras Odín que tienen presencia en los demás municipios del área metropolitana de Medellín.
La pelea entre el periodista de Semana y el expresidente de la República, tiene sus orígenes en otra columna publicada por la misma revista en la que Samper se burla de la condecoración entregada por el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, al cantante reguetonero, Maluma.
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¿Dónde está la institucionalidad? El Batallón de Operaciones Urbanas del Ejército Nacional, que tiene indicaciones precisas de hacer control y vigilar el corregimiento de Altavista, al parecer ha estado ausente, dejando a merced de las bandas de Los Chivos, La Mano de Dios y Las AGC la tranquilidad de los pobladores.
Sin embargo, a partir de mediados del año pasado, la criminalidad parecía ir en un descenso significativo, al punto de ser marzo de 2017 el mes con menos homicidios reportados desde hace 38 años. Parecía que por fin la estrategia de seguridad de Federico Gutiérrez empezaba a dar resultados.
Dejamos abiertos estos interrogantes mientras esperamos también que el Estado haga presencia en la zona con independencia del pacto del fusil y de la nómina paralela que flagela la legítima seguridad en la ciudad.
Según Aheramigua, la asociación ya había recibido amenazas e intimidaciones por parte de las AGC. Dos de sus principales líderes, Jairo Rodríguez y Gloria Granados, habrían sido objeto de este hostigamiento y por tanto tuvieron que huir de la zona.
Es aquí donde entra la figura de Gustavo Villegas, quien al parecer estaba gestionando diálogos con algunas de las estructuras criminales de Medellín, posiblemente La Terraza y San Pablo, que operan en las comunas 1, 3 y 4 de la ciudad.