Bogotá, 18 noviembre de 2021.- El departamento del Chocó, el más empobrecido de Colombia, y otros municipios de su vecino Antioquia, viven una «grave crisis» social debido al abandono estatal, el poco avance en la implementación de la paz y la persistencia del conflicto armado.
Así lo concluye un informe presentado este jueves en Bogotá por la Iglesia católica y organizaciones sociales, que realizaron entre febrero y octubre de este año seis misiones humanitarias a esas zonas del país.
Contexto
En las misiones se pudo observar que la «crisis de derechos humanos y humanitaria» que se vive en el Chocó y el occidente de Antioquia «tiene hoy el carácter de una emergencia compleja que desborda la capacidad de respuesta de los organismos humanitarios nacionales e internacionales y ante la cual, el Estado colombiano y el Gobierno actual, permanecen indiferentes y sin empatía social».
LOS HALLAZGOS DE LAS MISIONES
La situación, que ha sido denunciada constantemente por la Iglesia, las organizaciones étnico-territoriales, ONG de derechos humanos y organismos humanitarios, se expresa en temas como el control territorial por parte de los grupos armados ilegales, asesinatos selectivos y amenazas a líderes y comunidades.
También en la limitación de la movilidad, los masivos desplazamientos forzados, confinamientos, violencia sexual basada en género, reclutamiento forzado de niños y jóvenes, e instalación de minas antipersonales en caminos, cultivos de pancoger y en algunos casos dentro de las mismas zonas pobladas.
A la situación también contribuye el enfrentamiento entre grupos armados ilegales, especialmente entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, por el control de las rutas del narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y el tráfico de armas.
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Igualmente, perjudica a esas población el hecho de que el «Estado colombiano no garantiza derechos básicos en materia de acceso a la salud, educación formal e informal, condiciones de trabajo digno, seguridad social, vivienda culturalmente apropiada, productividad, comercialización, recreación y deporte».
Recuerdan que en esos territorios la presencia de la fuerza pública es ineficaz para un adecuado control territorial, que en algunos casos se configura en «claras situaciones de connivencia con el Clan del Golfo», la mayor banda criminal del país.
Además de todo lo anterior destacan que la violencia urbana afecta a los niños, a los jóvenes y adolescentes, especialmente en Quibdó, la capital del departamento del Chocó, en donde en lo que va de este año han sido asesinados unos 156 jóvenes.
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«Todo lo anterior está destruyendo los tejidos culturales, organizativos y comunitarios, y sometiendo a las comunidades a la hambruna y a la exposición al exterminio físico y cultural», concluyen las Misiones en sus hallazgos.
SOLICITUDES Y EXIGENCIAS
A partir de lo observado en las Misiones Humanitarias realizadas las organizaciones étnicas y las iglesias concluyen que: «el clamor de las comunidades no ha sido escuchado y, en consecuencia, solo el cumplimiento de los compromisos internacionales en derechos humanos y las respuestas integrales del Estado a las crisis humanitarias transformarán las realidades».
En consecuencia exigen «con urgencia» al Gobierno colombiano retornar a los diálogos y la negociación política con todos los grupos armados ilegales que están en esta parte del país.
Asimismo, piden garantizar el derecho a la libre movilidad y a la seguridad integral a líderes, comunidades y organizaciones en los territorios y que «cumpla de manera decidida con el acuerdo de paz del año 2016».
EFE
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