Andrew Mark Deamer, alias el Mono —o Marcos— fue detenido en el municipio de Ríonegro, Antioquia. Presuntamente, manejaba una poderosa red de narcotráfico que ya habría movido más de cinco toneladas de cocaína.
Alias el Mono habría inventado, con otros personajes, al parecer ingenieros químicos, la transformación de la cocaína en productos que aparentaban concentrados para perros y gatos, además de arena y fertilizantes. Desde el puerto de Barranquilla era enviada la mercancía ilegal rumbo a Europa. El sujeto tenía una empresa de exportación.
Análisis Urbano tuvo acceso a información que mostraría que este presunto narcotraficante estaría siendo protegido con escoltas del Gaula Oriente del Ejército Nacional, quienes argumentarían que esa protección se le estaría dando a un honorable pensionado británico. Además, hay indicios de que miembros de la Fiscalía estarían afirmando que el Mono era una persona de bien, que no estaba vinculada a ninguna actividad criminal.
Cabe preguntarle al Ejército Nacional de Colombia, a la Fiscalía General de la Nación Colombia y a la Policía Nacional: ¿dónde está actuando la inteligencia oficial que ha permitido que un narcotraficante de talla internacional tenga protección oficial?
¿Será que el papel del Gaula Oriente del Ejército, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional, en esa subregión, es la de dormir u omitir evidencias mientras el crimen transnacional se toma el oriente antioqueño?
¿Será que la inteligencia no sabe que allí hay criminales de Canadá, Rusia, Perú, China, que viven como verdaderos magnates?
Esperen el informe completo: Oriente antioqueño, el nuevo edén de la mafia y el narcotráfico internacional.
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