Adís Abeba, 11 de noviembre de 2022.- El Gobierno de Etiopía aseguró este viernes que controla un setenta por ciento del territorio de Tigré, en guerra con Adís Abeba desde noviembre de 2020, y afirmó que ya han podido acceder a la región norteña suministros humanitarios, algo que cuestionaron a EFE fuentes de varias organizaciones.
«El 70 % de Tigré está bajo (control de) las ENDF (Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía)» dijo hoy a través de la red social Twitter Redwan Hussien, viceministro de Asuntos Exteriores, asesor de Seguridad Nacional del primer ministro del país, Abiy Ahmed, y negociador para el acuerdo de paz firmado la semana pasada.
Según Hussien, «la ayuda está fluyendo como nunca, incluso a las zonas no controladas aún por las ENDF», lo que ha permitido que «35 camiones de comida y 3 camiones de medicinas» llegaran a Shire, ciudad en el norte de Tigré y una de las mayores de la región.
Además, «los vuelos son permitidos» y «los servicios están siendo reconectados».
El dirigente no especificó si la ayuda fue enviada por el Ejecutivo o por las organizaciones que trabajan sobre el terreno, pero fuentes humanitarias que pidieron el anonimato confirmaron a EFE que ningún convoy ha logrado entrar en la región desde el pasado 24 de agosto, cuando la reanudación de las hostilidades puso fin a la «tregua humanitaria indefinida» vigente desde marzo.
Asimismo, Kibrom Gebreselassie, director ejecutivo del Hospital de Referencia Ayder, el principal de Tigré, denunció hoy también a través de Twitter que, «nueve días después de firmar el cese de las hostilidades, pacientes siguen sufriendo la falta de medicaciones básicas, como insulina, diálisis y antibióticos».
«Los socios humanitarios continúan las conversaciones con las partes relevantes para reanudar el movimiento de convoyes de ayuda y personal a Tigré», señalaron a EFE fuentes la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que dice estar preparada para enviar ayuda en un plazo de entre 48 y 72 horas «después de recibir la aprobación para seguir adelante».
«Mientras, el acceso en el norte de Etiopía ha mejorado y los socios humanitarios han empezado a ayudar a personas que se encuentran actualmente en zonas accesibles de las tres regiones (Tigré y las vecinas Amhara y Afar, golpeadas también por la guerra)», añadió la agencia.
Por el momento, las organizaciones humanitarias se limitan a distribuir las reservas que ya tenían almacenadas en el interior de la región norteña, si bien se enfrentan a obstáculos como la prohibición de introducir combustible y la falta de dinero en efectivo por la interrupción del sistema bancario.
Desde el inicio del conflicto, Tigré ha sufrido un «bloqueo humanitario de facto», según ha denunciado la ONU, que ha sumido a la región en una grave crisis cuya magnitud aún no se conoce por el apagón de las telecomunicaciones impuesto por el Gobierno etíope.
En este contexto, casi un 90 % de los hogares de Tigré padecen hambre, según los últimos datos publicados en agosto por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, y el 55 % de las mujeres embarazadas y lactantes sufren desnutrición aguda.
El Gobierno etíope y los rebeldes del Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) firmaron el pasado 2 de noviembre un acuerdo de paz en la capital sudafricana, Pretoria, para el cese de las hostilidades, tras unas negociaciones que empezaron el pasado 25 de octubre bajo el auspicio de la Unión Africana (UA).
Entre otros compromisos, el acuerdo promete un «acceso humanitario sin trabas».
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando Abiy Ahmed ordenó una ofensiva contra el FPLT, partido que gobernaba entonces la región, en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
Aunque no se han podido recabar cifras exactas, miles de personas han muerto y unos dos millones se han visto desplazadas debido al conflicto.
EFE
