Especial San Javier : «Los de la Comuna 13 parecemos los parias de Medellín»

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«Llegamos a pensar que después de todo lo que sufrimos con la Operación Orión, las cosas iban a cambiar, pero mire estamos en las mismas o peor», relata una de las entrevistadas por Análisis Urbano en su visita a la Comuna 13 de Medellín.

«Es que vivir en la Comuna 13 es como un delito, da pena decírselo a los demás. Quien va a invitar a alguien, a una visita, si es aquí, nadie, porque la gente se muere de miedo y nosotros también», dijo la mujer.

Y es que este medio de comunicación se trasladó a dicha zona de la ciudad, para escuchar de sus habitantes lo que les está tocando vivir con la guerra que desencadenó, lo que hemos llamado la retoma de Los Pesebreros, hombres de alias Carlos Pesebre, que involucra a varias organizaciones delincuenciales de San Javier.

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Las noticias de esta veintena de barrios se pueden haber vuelto paisaje para muchos, pero estar allí es ponerse en otra dimensión, es conocer de primera mano la Medellín en que vivimos, que sólo esta semana ya cobró dos vidas más en la Comuna 13.  

En medio de la visita nos tocó una balacera en la zona conocida como el Plan del Ché. «Pan de cada día», manifestaron algunas de las personas que nos rodeaban, mientras otras más cautas buscaban escondite. «Muchas veces nos toca meternos debajo de las camas y esperar a que paren de dispararse, de morro a morro, o entre los de arriba y los de abajo», contó una de las vecinas, que insistió en que nos fuéramos rápido, porque en la noche las cosas se ponen más complejas.

A quienes no vivimos en la Comuna 13 nos han llegado en varias oportunidades videos o audios que registran las balaceras, claramente perpetradas con armamento de largo alcance, pero vivirlo en la zona es otra cosa. La desorientación se combina con el miedo y no queda más que tratar de identificar de dónde salen las ráfagas, para saber cuál es un lugar seguro. »Muchos de esos videos los graban ellos (las bandas) para intimidar y para que sepan quien manda aquí», reveló un vecino del barrio Villa Laura.

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Es vivir en un paraestado con un toque de queda implícito, pues cuando cae la noche la gente parece buscar refugio seguro ante lo que pueda pasar.  

Sin embargo, en sus declaraciones de hoy sobre la Comuna 13, el secretario de Seguridad de Medellín, Andrés Tobón, defendió el accionar de la Policía y explicó «siguen cayendo cabecillas de la Comuna 13, siguen cayendo coordinadores y el que crea que puede seguir efectuando actos de terror y de miedo que sepa que le llegará la fuerza absoluta de la ley».

Miedo a las autoridades

Pese a las diferentes intervenciones policiales y militares anunciadas por la Alcaldía, a los refuerzos que han llegado desde el año pasado y al repicar constante del helicóptero sobre las casas, la situación evidencia que las autoridades no tienen el control en San Javier.

Nos llamó la atención que en esta zona de la ciudad, no confían ni en los niños, mucho menos en las autoridades policiales.

Según una habitante del barrio Las Independencias, «para nosotros no es ningún secreto que los niños están trabajando para ellos (las organizaciones delincuenciales) y nos da miedo que llevan y traen chismes, por los que podemos resultar hasta muertos».

Cuando se habla de la Policía Metropolitana, la mayoría de los entrevistados sólo sonríen y prefieren callar. Sin embargo, una de las mujeres abordadas se atrevió a decirnos, «mi hijo en este momento está en otro lugar, porque andaba jodiendo mucho y el que manda por aquí de la Policía le dijo que la próxima vez se lo llevaba a los de “La Torre”, que ellos sí sabían qué hacer con él».

«En Betania, Villa Laura y Belencito es obvio que la Policía está con ellos (las bandas criminales) y esto impide que contemos muchas cosas, como dónde quedan las plazas de vicio. Las que tenemos menores de 14 años somos muertas del miedo, porque sabemos que se los están llevando y no tenemos a quien decirle nada», concluyó la madre de familia.

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Esto nos revela que el reclutamiento de menores es evidente en la zona, y que el caso del adolescente captado por cámaras de seguridad disparando con frialdad a dos personas en Santa Lucía, no es un hecho aislado.

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Según la Personería de Medellín, 60.000 niños de la ciudad están en riesgo de sufrir reclutamiento, aunque no se tiene una cifra de víctimas de este delito, por lo complejo del conflicto en la ciudad.

Lo que muestran las cifras

Este año, según las cifras de la Secretaría de Seguridad, las Comunas 13 – San Javier y 12 – La América, donde también se vive la confrontación, suman ya 31 homicidios; superando ampliamente lo que sucedía en 2018.

Además, el año pasado San Javier cerró con el mayor número de homicidios en Medellín, después del Centro, que amerita otro tipo de análisis. Casi 100 personas fueron asesinadas en la Comuna 13 en 2018.

Esto sin contar que la confrontación se ha trasladado a otras comunas de Medellín y que no se tiene reporte oficial de las desapariciones forzadas en estos barrios.

El fantasma del desplazamiento urbano

Las propias autoridades de Medellín han admitido en diferentes ocasiones que el subregistro de este delito es alto, sin embargo los números suministrados por la Personería sobre lo que sucede en San Javier son bastante desalentadores.

Según esta oficina del Ministerio Público, en 2019 la Comuna 13 presenta el mayor número de desplazados en toda la ciudad con un total de 254 personas que han tenido que abandonar sus hogares por el conflicto urbano.

«Mi sobrino estaba haciendo piques en la moto, yo sé que no está bien, pero cómo que los del combo de Betania le dan dos días para pagar dizque una multa de 200.000 pesos. Nosotros con qué», nos dijo una mujer que tuvo que salir con su familia del barrio.

Vuelven a evidenciarse problemas como el reclutamiento de menores, las extorsiones, las amenazas y la zozobra que se siente en el territorio.

«Hermano si usted sostiene a su familia manejando bus, lo vacunan y no sabe que va a pasar con sus hijos, lo mejor es perderse», manifestó un ex empleado de Conducciones América que abandonó el barrio 20 de Julio por las diferentes presiones.

Información sobre el desplazamiento intraurbano en Medellín, según la Personería:

COMUNA/CORREGIMIENTO TOTAL DECLARACIONES TOTAL PERSONAS DESPLAZADAS
Comuna 1- Popular 27 75
Comuna 10 – La Candelaria 7 11
Comuna 11 – Laureles – Estadio 1 2
Comuna 12 – La América 3 8
Comuna 13 – San Javier 89 254
Comuna 14 – El Poblado 1 1
Comuna 15 – Guayabal 2 3
Comuna 16 – Belén 38 102
Comuna 2- Santa Cruz 5 18
Comuna 3- Manrique 19 62
Comuna 4 – Aranjuez 5 14
Comuna 5 – Castilla 18 50
Comuna 6 – Doce de Octubre 6 23
Comuna 7 – Robledo 36 98
Comuna 8 – Villa Hermosa 27 79
Comuna 9 – Buenos Aires 7 25
Corregimiento  Altavista 22 65
Corregimiento  San Antonio de  Prado 5 17
Corregimiento de San Cristóbal 12 44
Corregimiento Santa Elena 1 1
TOTAL: 331 952

Otros delitos que atemorizan a la comunidad

Para muchos sectores de la economía en San Javier, uno de los grandes problemas es la extorsión, o el conocido cobro de vacunas por parte de las organizaciones delincuenciales, lo que contrasta con las cifras oficiales que muestran sólo 16 denuncias en lo que va corrido de 2019. Un nuevo indicador del miedo a poner los casos en manos de las autoridades.

De acuerdo con los informes suministrados por la Secretaría de Seguridad de Medellín, con corte al 24 de marzo, en la Comuna 13 este año han sido capturadas 253 personas por diferentes delitos. En lo que tiene que ver con violencia intrafamiliar se han denunciado 135 casos.

Contexto Urbano y rural

La América y la Comuna 13 viven de lleno el conflicto producto de la ofensiva de Los Pesebreros quienes hacen parte de la Confederación Criminal de Medellín y buscan recuperar los territorios que les fueron arrebatados por la Alianza Criminal del Norte a través de La Agonía y otras bandas ubicadas en el occidente de Medellín.

Estratégicamente todo el occidente de la ciudad tiene un significado especial para las organizaciones criminales, debido a que une al Valle de Aburrá con los megaproyectos de la Vía al Mar como el Túnel de Occidente y el Túnel del Toyo y con el Puerto de Turbo que construye en Urabá. Lo que Análisis Urbano ha identificado como el gran corredor para el transporte de drogas y armas.