Antioquia, 24 de septiembre de 2022- Frente a los afligidos familiares reunidos en el auditorio están los seis féretros de color marrón con los restos óseos de víctimas asesinadas y desaparecidas por las guerrillas y grupos de autodefensas.
Los cinco hombres y una mujer fueron enterrados en fosas comunes y cementerios como no identificados en Antioquia y Chocó para que nunca los encontraran y borrar las evidencias de los crímenes.
Pero después de varios años de búsqueda e identificación forense, la Fiscalía recuperó los despojos mortales y hoy 18 parientes, entre padres, hijos y hermanos, los reciben en una ceremonia de entrega digna en Medellín. Dos de las víctimas eran menores de edad y otras dos murieron en hechos que son investigados por presuntas ejecuciones extrajudiciales.
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Ante esa realidad hay llanto y dolor en sus rostros. Pero también alivio y una búsqueda de 21 años que termina para personas como Sandra Correa. Al final del acto, al tomar en sus manos el pequeño féretro y la fotografía de su hermano Eladio de Jesús, sintió en su alma “tranquilidad al tenerlo aquí… esto era lo que yo necesitaba para descansar”.
Ella recordó que “mi hermano era un niño de 14 años cuando lo reclutó a la fuerza el frente 34 de las de las FARC en Carmen de Atrato. Y a los pocos meses de cumplir los 15 años murió en un enfrentamiento con el Ejército”.
Durante dos días previos y en la ceremonia judicial, un equipo psicosocial de la Unidad para la Atención y Reparación a las Víctimas fortaleció a los familiares para afrontar este momento doloroso y conocer el informe forense sobre cómo fueron asesinados con arma de fuego, luego desaparecidos y dónde los hallaron e identificaron.
Con ejercicios de memoria y la elaboración de un telar con fotos y recuerdos también dignificaron a sus seres queridos ausentes, pero no olvidados. Para Sandra, quien lo dibujó como un ángel celestial y escribió frases para recordarlos como “buen hermano, buen hijo y muy alegre” significa “un alivio para hacer el duelo y despedirlo como se debe y que no esté tirado en un hueco”.
Medidas de reparación
Sandra es una de 11.884 familiares beneficiadas con la atención psicosocial en las exhumaciones y ceremonias de entregas de restos óseos. Además, casi 72.000 de ellos ya fueron indemnizados por la Unidad para las Víctimas con más de 520.000 millones de pesos como medidas de reparación integral.
En total, la Fiscalía ha exhumado más de 8.000 cuerpos de personas asesinadas y desaparecidas en Colombia y, de estos, 4.601 ya fueron entregados a sus parientes. En el Registro Único de Víctimas hay más de 56.000 desaparecidos y cerca de 137.000 familiares reconocidos por el delito de desaparición forzada en Colombia.
Y en articulación con la Fiscalía, la Unidad para las Víctimas también financia el transporte, alimentación, hospedaje, la logística de las diligencias judiciales y los sepelios.
Gracias a este acompañamiento, Sandra podrá saldar una “deuda” con su madre, quien “murió sin saber si Eladio estaba vivo o muerto”. Y por eso, con la misma intención que dibujó dos ángeles juntos en el telar para rendirle memoria, regresa a su pueblo en Chocó con “la tranquilidad que me voy a entregarle mi hermanito a mi mamá para que juntos descansen en paz”.