Investigan presunto ‘falso título’ de importante funcionaria del IDU

FECHA:

La renuncia de Liliana Eugenia Mejía González, la directora técnica de proyectos del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), destapó esta semana una polémica que cuestiona el proceso de selección de una funcionaria clave en el interior de la entidad.

Al parecer, los certificados presentados por Mejía que acreditan su formación como arquitecta tendrían inconsistencias.

Mejía fue nombrada el 31 de enero de este año para ocupar el cargo en la Dirección Técnica de Proyectos de la Subdirección General de Desarrollo Urbano.

Según el documento de su nombramiento, la directora llegó a recibir “una asignación básica mensual vigente de diez millones setecientos cuarenta y seis mil novecientos veintiocho pesos M/cte. ($ 10’746.928.00) y gastos de representación de cuatro millones doscientos noventa y ocho mil setecientos setenta y un pesos M/cte. ($ 4’298.771.00)”.

En su momento, el IDU revisó su hoja de vida y certificados y le otorgó el cargo. Así consta en la resolución número 001300 de 2020:

“Que la Subdirección Técnica de Recursos Humanos verificó el cumplimiento de los requisitos para el empleo y estableció que la doctora LILIANA EUGENIA MEJÍA GONZÁLEZ, identificada con cédula de ciudadanía n.ºxxx, acredita las aptitudes, las habilidades y los requisitos mínimos exigidos para el desempeño del empleo denominado DIRECTOR TÉCNICO, CÓDIGO 009, GRADO 05, de la DIRECCIÓN TÉCNICA DE PROYECTOS de la SUBDIRECCIÓN GENERAL DE DESARROLLO URBANO y no se encuentra incursa en inhabilidad alguna para ejercer el empleo objeto de provisión”.

Sin embargo, el escándalo se destapó este miércoles después de que Caracol Radio indagara por la renuncia de la funcionaria y señalara que habría inconsistencias en los certificados universitarios presentados por Mejía.

El IDU confirmó el miércoles pasado que la mujer había presentado el título profesional de Arquitecta de la Universidad del Valle para aspirar al cargo. Como soportes aportó “la Matrícula Profesional del Consejo Profesional Nacional de Arquitectura y sus Profesiones Auxiliares, y el título de maestría en Urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia, como requisitos previos para acceder al cargo de Directora Técnica de Proyectos, el día 3 febrero de 2020”.

Pero la mujer no aparece en el registro oficial de arquitectos. El diario El Tiempo ingresó la cédula de Mejía en el sistema de consulta en el Consejo Profesional Nacional de Arquitectura y sus Profesiones Auxiliares. La funcionaria aparece como no registrada.

El diario El Tiempo también consultó en la página web de la Universidad del Valle en el área de registro académico: Egresados, Retirados y Usuarios Externos, y en la base de datos Consulta Pública de Graduados, y el número de cédula de la funcionaria no registra ningún resultado.

Adicionalmente, este diario se comunicó con la coordinación de Registro Académico para verificar qué relación tenía Mejía con la institución. Esta fue su respuesta:

«En atención a su solicitud relacionada con la señora Liliana Eugenia Mejía González, identificada con número de cédula xxx me permito indicar que una vez consultada la base de datos del Área de Registro Académico se pudo encontrar que la señora Mejía González estuvo matriculada en el programa académico de Arquitectura entre los años 1994 y 2002; sin embargo, a la fecha no hay evidencia de título otorgado en ninguno de los programas académicos ofrecidos en esta Institución.»

El proceso de chequeo digital se hace en unos pocos minutos vía internet.

Sin embargo, parece que al IDU le tomó varios meses cotejar los datos. “Durante los meses de marzo y junio de 2020, el IDU adelantó un proceso minucioso donde cruzó información con distintas instituciones académicas y consejos que emiten matrículas profesionales para obtener información precisa de la titulación de la Sra. Liliana Eugenia Mejía González. Tras la verificación, el IDU encontró presuntas inconsistencias en la información académica acreditada por la señora Liliana Mejía González”.

El instituto confirmó que este 20 de junio la funcionaria renunció a su cargo y que ya se trasladaron los hechos “a las autoridades judiciales y disciplinarias correspondientes, a efecto de que adelanten las investigaciones a que haya lugar”.

Mejía, según documentos del IDU, había ocupado varios cargos relacionados con planeación e infraestructura:

«La arquitecta Liliana Eugenia Mejía González, dentro de su trayectoria profesional, ha desempeñado cargos como directora de Planeación de Prodesa, directora de Proyectos P3 Infraestructura, profesional especializado en labores relacionadas con la Infraestructura de Transporte, Urbanismo y Espacio Público, supervisora de Contratos de Diseño en el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), entre otras», se lee en un documento que expone el perfil de la funcionaria.

El diario El Tiempo trató de comunicarse con Mejía. Sin embargo, su teléfono sonaba apagado.

Director del IDU habla con el diario El Tiempo
El diario El Tiempo se comunicó con el director del IDU, Diego Sánchez, para resolver dudas sobre el caso.

Según confirmó el IDU, ella estuvo previamente vinculada como contratista. Allí estuvo en los periodos 2004-2014.

¿Liliana Mejía era arquitecta o no?
Esta es una persona que tiene una hoja de vida muy buena. Una hoja de vida con mucha experiencia en el tema de ejecución de proyectos de infraestructura vial urbana con una maestría en urbanismo, con un título en arquitectura… Todos los documentos que ella acreditó para poderse posesionar en un cargo hay que diligenciar un formato de hoja de vida y anexar unos papeles que son básicamente: título académico, fotocopia del diploma, fotocopia del acta de grado, fotocopia de la tarjeta profesional y las certificaciones de experiencia.

Ella los presentó y la oficina de recursos humanos del IDU hace una verificación. Esa verificación chequea y está también la juramentación que, bajo el principio de buena fe, da por hecho que ella declara no tener ninguna inhabilidad e incompatibilidad para tomar posesión de ese cargo.

Se hace la verificación y el nombramiento porque cumplía con los requisitos. El IDU tiene un procedimiento de control que verifica que la información es verídica. Se hace posterior porque todo el proceso se hace bajo el principio de la buena fe y la declaración juramentada y eso está en la ley.

¿Cuáles fueron los pasos de esa verificación?

Como un control adicional se pide a la universidad, tres semanas después de la posesión, que nos certifique si ella había cursado esa carrera. La universidad la primera vez se demora como tres semanas y nos dice que no, que ella cursó allá pero no se graduó; el área de recursos humanos vuelve y pregunta y la respuesta por escrito es “no”. Ya tenemos dos respuestas, incluso se hace una tercera solicitud por mail. Ya íbamos en abril.

El otro papel que ella entregó es la tarjeta profesional. El IDU llama al Consejo Profesional de Arquitectura y solicita que verifiquen, el Consejo responde que no aparece.

Ante eso, el área de Recursos Humanos la llama y el 20 de junio me llaman a mí y me informan de la situación, me dicen “vamos a hablar con ella”. Ella dice que es rarísimo.

Ese mismo día yo la llamo a ella y le digo que hay una evidencia y ella dice que no. El caso se denuncia ese mismo día y mandamos la documentación a la Fiscalía, al consejo disciplinario para que se tomen acciones.

No se podía permitir que siguiera ahí. Le dije que lo más recomendable era su renuncia.

¿Por qué se le dieron tantas ‘largas’ al tema? Ella se posesiona en febrero, se dan cuenta con el primer aviso y hasta junio vienen a tomar acciones… Mientras verificaron, ella ejerció este cargo.

El área que se encarga del tema me muestra a mí todas las evidencias. Estaban esperando la respuesta de la Universidad Nacional porque ella también presentó un diploma de maestría de allá. Se les mandó solicitud tres veces, su última respuesta es que no tenían manera de acceder al archivo porque la universidad está cerrada. Recursos Humanos, buscando tener la mayor garantía de que lo que estaba pidiendo estuviera bien, tardó más del tiempo esperado.

¿Usted qué día supo de esa situación?

El 20 de junio.

¿Hasta el día que ella renuncia?

Yo como representante de la entidad ya tenía que actuar.

¿Ella aceptó o negó la evidencia?

La primera respuesta fue “no, me parece muy raro. Yo ya he tenido cargos, contratos y me he desempeñado en trabajos. La Universidad se equivocó, alguien estará equivocado”. Le respondimos que no fue una vez, sino dos y hasta tres las veces que nos confirmaron.

Ella tendrá que defenderse ante las autoridades judiciales porque yo no puedo ser juez en este momento. Estos son los hechos y yo le dije que no podía seguir en el cargo.

¿Usted conocía a Liliana Mejía de antes?

Nunca había trabajado con ella, pero la conocía porque trabajó con una empresa privada que desempeñaba unos proyectos que, cuando yo estaba en la Financiera de Desarrollo Nacional, ella era la directora de esos proyectos. Era una empresa que se encargaba de presentar APP.

Con ella me reuní un par de veces para un proyecto.

Muchas de las personas con quienes ella trabajó en el IDU hace cuatro años… a ellos les pregunté y todos me hablaban de excelentes referentes.

Yo la entrevisté como cualquier otra persona que aspira a un cargo, vi su hoja de vida. Todo está sustentado en la buena fe con la que las personas declaran, bajo gravedad de juramento, que lo que ella está diciendo es cierto.

¿Ella cómo llegó al IDU a este último cargo?

Yo la había visto en esa empresa. Llamé, pedí que me contactaran con ella. Quería entrevistarla y ver si le interesa y puedo considerarla en el equipo directivo.

O sea, usted la buscó…

Sí. Como la mayoría de las personas del equipo directivo yo conocía. He tratado de armar un equipo del IDU que conozco de antes y de quienes tengo buenas referencias, que sé cómo trabajan y que trabajaran antes en el IDU.

Usted explicó en el comunicado oficial que su cargo se relacionaba con aspectos técnicos y de diseño de proyectos. Concretamente, ¿qué proyectos pasaron por las manos de Liliana Mejía?

Es un área técnica que elabora anexos técnicos para las contrataciones de los trabajos de estudios y diseños. Esa área produce las descripciones de las actividades de consultoría que tiene que hacer el consultor.

Ahí hay un equipo de ingenieros, arquitectos… que elaboran esos documentos. Eso sube al subdirector que sí es el que contrata. De esa área salieron productos para colgarse junto con el pliego de Cable San Cristóbal y de Alameda de Medio Milenio.

Dentro de la denuncia que hace Caracol Radio mencionan que la carta de renuncia de Liliana Mejía fue archivada como ‘información pública clasificada’, ¿eso es cierto?

La subdirección corporativa me dice que eso sucede porque es parte de la hoja de vida y es considerada como información reservada por la ley de Habeas Data.

Tomado de El Tiempo

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