Manila/Pekín, 21 de septiembre de 2023.- Las tensiones territoriales entre Filipinas y China aumentan ante la opción de que Manila presente una queja frente a la Corte Permanente de Arbitraje por la pérdida de coral en aguas disputadas en el mar de China Meridional, de la que responsabiliza a Pekín, que tachó este jueves de «infundadas» las acusaciones.
La Abogacía del Estado filipina reveló esta semana que está estudiando presentar la queja, después de que el sábado pasado las Fuerzas Armadas filipinas denunciaran la pérdida de coral en un arrecife en el que habían atracado barcos chinos, y el lunes se confirmara otro arrecife afectado.
El jefe de la Abogacía del Estado, Menardo Guevarra, indicó el miércoles al servicio de noticias GMA que están estudiando el caso y recabando información antes de presentar la petición ante la corte.
China ha negado hoy las acusaciones del Gobierno filipino, y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, las ha tachado de «infundadas y sin sentido».
«Aconsejamos a Filipinas que no utilice información inventada para crear un espectáculo político», aseveró la portavoz, acusando por su parte a Manila de «encallar ilegalmente» un buque militar en el mar de China Meridional, el cual «debería retirar cuanto antes», pues «causa daños irreversibles al mar por su continua oxidación».
Mao se refería a una nave filipina varada desde 1999 en el atolón de Ayungin (conocido como Ren’ai en China), en un área del mar de China Meridional disputada entre ambos países, asunto que también genera tensiones.
El desvío de la atención por parte de Pekín no ha calado en Filipinas, cuyo ministerio de Justicia ha recomendado que se emprendan acciones legales ante la destrucción de los corales, señalando a China como el responsable.
Dos barcos filipinos descubrieron los daños en los arrecifes Rozul y Escoda después de observar la presencia de más de 30 buques de vigilancia china en el primero y otros 15 en el segundo entre el 9 de agosto y el 11 de septiembre.
Los Guardacostas filipinos, que han acusado este año a China de atacar sus barcos con láseres militares y cañones de agua, creen que los corales fueron extraídos, procesados y luego depositados otra vez en el mar para modificar la topografía del lugar.
Los arrecifes de coral son bienes naturales altamente valiosos, que proporcionan protección costera y beneficios pesqueros, y sostienen a muchas comunidades locales.
Desde hace meses, Filipinas denuncia la creciente presencia de buques de guerra y pesqueros chinos en la zona económica exclusiva del país en el mar de China Meridional, que Manila llama mar de Filipinas Occidental.
De presentarse la queja, sería la segunda elevada por Filipinas ante la Corte Permanente de Arbitraje por disputas en el mar de China Meridional.
En 2016, este tribunal dio la razón a Manila en su denuncia contra las reivindicaciones de las autoridades chinas en la zona económica exclusiva filipina en el mar de China Meridional, pero Pekín se negó a aceptar la decisión.
China y Filipinas mantienen un conflicto por la soberanía de varias islas y atolones en el mar de China Meridional, que Pekín reclama casi en su totalidad por «razones históricas», disputándose territorios también con Malasia, Vietnam, Taiwán y Brunéi.
Las tensiones entre Manila y Pekín han aumentado en los últimos meses, a raíz de la llegada al poder el pasado año del presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., quien ha optado por reforzar la histórica alianza de defensa de Filipinas con EE.UU., revirtiendo el acercamiento a China promovido por su predecesor, Rodrigo Duterte.
A comienzos de mes, Marcos Jr. y el primer ministro chino, Li Qiang, mantuvieron un encuentro en los márgenes de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Yakarta, en la que el filipino defendió que «la cooperación en el ámbito marítimo solo puede prosperar en un entorno propicio de paz, seguridad y estabilidad, anclado en el Derecho internacional».
EFE