Las preguntas que deja la inversión de cientos de miles de dólares del general (r) Montoya

FECHA:

El excomandante del Ejército invirtió en un fallido proyecto hotelero en la zona más lujosa de Miami, en bancarrota desde 2018. Él asegura que puso US$390.000, pero papeles dicen que fue casi US$1 millón. En un documento, incluso, se soporta un dinero como «exportación de carnes» con una empresa que solo hacía negocios inmobiliarios.

El proyecto Quarzo Bal Harbour, promovido por Carlos Mahecha Díaz, su esposa Anastasia Casas Matiz y sus hijos Camilo y Felipe —miembros de la alta sociedad bogotana—, y el también colombiano Juan Arcila, se volvió un gran desastre financiero. De su promesa, levantar un hotel boutique en la zona más exclusiva de Miami con una rentabilidad de no menos del 7 %, hoy solo quedan más de US$39 millones en deudas con quienes creyeron e invirtieron. Así lo ha documentado la justicia estadounidense. Y en ese listado, en el que figuran cientos de colombianos, se encuentra el primer excomandante del Ejército en haber asistido a la JEP a hablar de los falsos positivos: el general (r) Mario Montoya.

El diario El Espectador conoció documentos en poder de las autoridades de Estados Unidos que comprueban que Montoya invirtió miles de dólares en Quarzo Bal Harbour. Él mismo lo admitió al responder un cuestionario a través de su abogado, el penalista Andrés Garzón Roa. “Teniendo la necesidad de buscar una inversión que le diera estabilidad económica en su retiro, uno de sus amigos le presentó al señor Carlos Mahecha, quien para ese momento era un próspero empresario de la salud”, se lee en las respuestas enviadas a este diario. En esa época (entre 2009 y 2010), Mahecha Díaz y su esposa eran accionistas de la Administradora Country, dueña de las reputadas clínicas del Country y La Colina en Bogotá. Desde 2019 ya no lo son.

El dinero que Montoya entregó al proyecto, sin embargo, no figura a nombre propio, sino de una empresa llamada Redstone Enterprises Corp. Según la escritura 18.790 del 3 de septiembre de 2010, esta fue creada como sociedad anónima en la Notaría Décima del Circuito de Panamá con un capital inicial de US$10.000. (Esta es la escritura) Se estableció a través de la firma Mulford Abogados, por lo que Natalia Mulford y Roy Mulford quedaron como suscriptores de la compañía. Es una práctica común en el país vecino: las empresas se instituyen por intermedio de bufetes de abogados especializados en ese tema y son ellos quienes figuran como los representantes legales. Los nombres de los socios no se hacen públicos.

La cantidad de dinero que puso el general (r) Montoya para este proyecto es una cifra que tendrá que esclarecer la justicia estadounidense, ante la cual el propio militar, dice él, trata de presentar una reclamación “desde hace varios años”. Asegura que fueron US$390.000, dinero que en 2010, cuando se hizo inversionista de Quarzo Bal Harbour, representaba poco más de $703 millones —ahora serían unos $1.570 millones, casi el doble—. Pero los papeles en poder de este diario indican otra cosa. En un archivo de Synergy Capital Group (que administraba Quarzo Bal Harbour y cuyos dueños eran Juan Arcila y Carlos Mahecha) aparece que Redstone aportó US$989.441 entre 2010 y 2012. Con la tasa de cambio de hoy serían cerca de $3.991 millones.

Según ese archivo, la empresa Redstone Enterprises hizo seis pagos. El primero fue por US$100.000 el 15 de septiembre de 2010, 12 días después de que la empresa del general (r) se constituyera en Panamá. Una semana más tarde, dice el papel, se realizaron dos más por US$200.000 cada uno. El 11 de noviembre habrían llegado de Redstone otros US$136.000: un correo enviado de la cuenta lgomez@synergycapgroup.com a tres empleadas de Synergy el 7 de febrero de 2011 dice que ese dinero “entró en efectivo en Bogotá y el Sr. Mahecha lo recibió” en euros, pero que se hizo la conversión (a dólares) para emitir un bono. El rendimiento prometido para esa suma, al parecer, fue del 8 al 10 %.

El general (r) Montoya rechaza haber entregado tanto dinero a Quarzo Bal Harbour: “Debemos desmentir categóricamente que la inversión hubiese sido por ese valor o por un valor siquiera cercano”. Montoya y su abogado aseguran que, en los documentos provenientes de la justicia americana que han venido recogiendo “para presentar la correspondiente reclamación, la cifra es mucho menor y corresponde al monto real de la fallida inversión”. Sobre el supuesto pago de 100.000 euros en efectivo, el litigante Garzón señaló: “El general Montoya no le entregó, ni ha entregado dicha suma de dinero a Carlos Mahecha ni a nadie. Esta afirmación, si se hizo, es claramente un engaño”.

Sin embargo, un documento radicado ante la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Florida, público desde mayo del año pasado, pone en aprietos la versión del excomandante del Ejército. Primero, señala que Redstone Enterprises ya presentó una proof of claim, “prueba de reclamo”, un formato en el que se adjunta la nota promisoria o título valor que demuestra cuál fue la inversión más los intereses que el inversor cree que debe recibir. Según ese papel, Redstone pidió US$1.227.285 (ver documento). Además, registros en poder de Drew Dillworth (el agente liquidador que asignó la Corte de Quiebras al caso Quarzo Bal Harbour) muestran que Redstone radicó una reclamación el 8 de febrero de 2018.

Por eso, al recibir las respuestas del cuestionario, el diario El Espectador volvió a preguntarle al abogado Andrés Garzón sobre este asunto. “Creo que a lo dicho podemos anexar que al general y a su familia se le ha realizado nueve dictámenes contables forenses por parte de la Fiscalía General de la Nación y en todos ellos se corroboró la información que estamos dando”. El litigante aseveró también que el general (r) Montoya interpuso una denuncia por este tema en Colombia, en 2017, pero no especificó contra quiénes. Se le preguntó a Garzón si podía proporcionar copia de alguno de los nueve dictámenes contables forenses y dijo que los buscaría, pero, al cierre de esta edición, no los había enviado.

¿Un negocio de carnes?
De acuerdo con las respuestas del general (r) Mario Montoya, para que él se involucrara con el proyecto hotelero de Miami, Carlos Mahecha Díaz le ofreció “rentabilidades superiores al 8 % y obviamente un lugar de retiro en Estados Unidos”, pues, por esas fechas, el alto oficial (r) tenía visa de residente. “Estatus que hoy no tiene, ya que el general Montoya devolvió la visa al gobierno norteamericano con el fin de no generar suspicacias respecto a su interés en comparecer a todos los procesos judiciales que están en curso en Colombia”, aclara su abogado. ¿De dónde sacó el dinero?, se les preguntó. El Ejército se lo entregó en 2009 por la liquidación “correspondiente a 40 años de servicio”, contestaron.

El abogado Garzón indicó que los US$390.000 que, insiste, fue la suma total que invirtió el general (r) Montoya en Quarzo Bal Harbour, salieron igualmente “de los ahorros conseguidos en tres comisiones de un año al exterior (Fort Nox, Escuela de las Américas y Agregaduría Militar en Londres)”. El Espectador indagó con otros generales de la República en retiro si es posible que un alto oficial que va de salida de las Fuerzas Militares reciba esa cantidad en su liquidación. La respuesta fue que, aunque no es común, podría ocurrir. “El 99 % de los militares van retirando sus cesantías para, por ejemplo, comprar casa. Alguien que reciba esa suma no retiró una cesantía nunca a lo largo de su carrera.

Al revisar todos los documentos, otra pregunta saltaba a la vista: ¿por qué el general (r) Montoya conformó una empresa en Panamá para hacer su inversión, en vez de realizarla a su nombre? “Fue por directriz del señor Carlos Mahecha. El mencionado le manifestó a mi cliente que para hacer los pagos de la inversión debía seguirse el canal financiero proyectado por el promotor (Carlos Mahecha), ya que de lo contrario el valor y las expectativas de retorno serían menores. La única condición que se impuso al señor Mahecha fue que las direcciones de notificación fueran en la casa del general Montoya, para así poder tener un poco de control sobre ese vehículo financiero”, dice en sus respuestas.

Este diario consultó a dos inversionistas de Bal Harbour y a una exasesora comercial del proyecto —que, se probó, no sabía de la estafa— para saber si Carlos Mahecha Díaz solía dar esa indicación a los clientes de la iniciativa. “De los casos que conocí, para nada. No había sugerencias de hacer una compañía off shore”, dijo la antigua empleada. “Falso. Es la primera vez que escucho algo así, yo no lo hice así”, mencionó uno de los inversores. “A mí jamás me lo pidieron, jamás, si me lo hubieran pedido no me hubiera metido en el negocio. Yo hice todo lo mío desde mi cuenta bancaria. Ahí hay cosas feas, cosas de lavado y eso. Pero también hay gente que vendió su casa o entregó su pensión”, dijo el otro inversor.

Existe la posibilidad de que Redstone Enterprises Corp. no haya sido la única empresa panameña con la que el general (r) Montoya movió su dinero. En un correo que habría enviado él mismo a una empleada llamada Alejandra Gómez se lee que él le indica: “Alejandra, te envío los datos de la cuenta que hacían falta. Mario Montoya”. A continuación, da el nombre de la cuenta: “Tanwort (sic) Holding” (en un formato de pago se lee que es Tanworth Holding). Nombre del Banco: “BHD”. Dirección sucursal: “Avenida Winston Churchill esquina Luis F. Thomen. Santo Domingo Rep.”. Representante legal: “Domingo Paredes”. Dirección: “Manzana (…) Los Caobos, Santo Domingo Rep.”.

En su página web se confirma que el banco BHD León, una entidad financiera fundada en República Dominicana en 1972, tiene su oficina principal en la dirección mencionada en el presunto correo de Montoya. La escritura 2.986 de la Notaría Quinta del Circuito de Panamá muestra que Tantworth Holding es una sociedad anónima que se creó el 5 de febrero de 2010, con un capital inicial de US$10.000, la misma cantidad con que se instituyó Redstone Enterprises. La página Opencorporates.com muestra que el suscriptor, director y presidente es Edgardo Eloy Díaz, quien aparece también ocupando alguno de esos cargos en al menos nueve sociedades panameñas vigentes.

“El general Montoya no tuvo y no tiene relación alguna con Tanworth Holding. Distinto es que el señor Carlos Mahecha, dentro de las argucias utilizadas para justificar sus retiros de dinero en perjuicio de los inversores, utilice el nombre de Mario Montoya Uribe como sustento de determinados registros, hecho que ya está demostrado fue realizado por Mahecha con otros inversionistas”, argumentó el abogado del alto oficial. Además del correo que habría enviado el propio Montoya aportando los datos de la cuenta a nombre de Tanworth Holding, hay recibos de transacciones en los que se evidencian supuestos giros internacionales a través de esa compañía, con Redstone como destinatario final.

Un documento más llama mucho la atención. Se trata de un soporte firmado por Carlos Mahecha Díaz: “Recibo del Dr. Mario Montoya el cheque No. (…) de Bancafé por valor de doscientos millones de pesos mcte ($200’000.000) correspondiente a inversión para exportación de carne desde U.S.A.; quedará pendiente el recibido de Synergy Capital Group Llc. que es la operadora de dicha exportación. Bogotá D.C., marzo 23 de 2011”. El excomandante y su abogado señalaron que no sabían ni tenían prueba “de que exista tal reporte”, y que “está demostrado que Mahecha y sus socios, para evitar ser descubiertos es su defraudación, hicieron todo tipo de maniobras con el fin de evitar embargos”.

Una de las razones por las que ese documento resulta tan llamativo es porque Synergy Capital Group, que fue la primera empresa que conformaron Juan Arcila y Carlos Mahecha, nunca se dedicó a la comercialización de carne. Según explicó el propio Juan Arcila en una declaración que se hizo ante notario el 9 de mayo de 2018 de 10 a.m. a 5:40 p.m., y que hace parte de las evidencias que reposan en la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Florida, Synergy Capital Group se dedicaba a construir negocios o a comprar edificios. Arcila explicó que registraron su compañía con propósitos de marketing y de poder administrar los bienes que adquirían. Synergy era la empresa que manejaba el hotel Quarzo Bal Harbour.

“El general Montoya invirtió el dinero que le entregó el Ejército Nacional como liquidación por 40 años de servicio más los ahorros logrados en 3 comisiones de trabajo, cada una de un año, en este proyecto y es un damnificado de este. El señor Mahecha utilizó y ha utilizado todo tipo de excusas y mentiras para eludir su responsabilidad frente a mi cliente y muy seguramente utilizó y utilizará su nombre con el fin de tratar de desviar la atención de sus conductas delictivas, por ello no es de extrañarse que aparezca haciendo hoy afirmaciones extravagantes y mentirosas de millonarias inversiones que solo estuvieron en los planes engañosos con los cuales embaucó a una persona de bien”, afirma el abogado de Montoya.

La justicia estadounidense está encima de este caso. Como reveló este diario, el agente liquidador, Drew Dillworth, recomendó a la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Florida que llame a juicio a Carlos Mahecha, a su esposa Anastasia Casas y a los hijos de estos, Camilo y Felipe Mahecha Casas, por 18 cargos relacionados con haber usado el dinero de los inversores de manera irregular. Lo habrían tomado, incluso, para cubrir gastos personales, como pagos de su condominio en Miami o de los carros BMW o Audi en que se movía Carlos Mahecha en esa ciudad. Entre febrero de 2011 y febrero de 2018, los esposos se habrían apropiado de casi US$2 millones de las arcas del proyecto hotelero.

El general (r) Montoya es uno de los cientos de colombianos, algunos de la crema y nata de la sociedad colombiana y otros de capitales cuestionados, que, tal parece, fueron estafados por Carlos Mahecha Díaz, su esposa Anastasia Casas, sus hijos Carlos y Felipe, y Juan Arcila. La acusación contra Arcila dice que él y sus socios sabían que este proyecto era inviable desde 2008 y, sin embargo, recaudaron dinero del público hasta 2016. Para rematar, vendieron el hotel en 2018 a una empresa llamada Beach Haus por un valor muy por debajo del mercado: US$19 millones, a pesar de que la inversión inicial fue de US$22 millones. Ese acto, dijo Dillworth, fue irresponsable con los inversionistas.

Arcila ya aceptó cargos y su sentencia se conocerá el próximo 6 de mayo. El general (r) Montoya, por su parte, sostiene que sus inversiones se hicieron con “los parámetros legales y fiscales” que exige Colombia y que los soportes de que fueron reconocidas en su declaración de renta los tienen “las autoridades, como debe ser”. Él asegura que recibió “no más de $30 millones” de rendimientos, pero los papeles de Synergy Capital Group dicen que entre 2011 y 2015 le pagaron unos US$226.000 por ese concepto. “En un principio el señor Mahecha respondía, atendía las llamadas de mi cliente”, dijo el abogado del excomandante del Ejército. Pero, hace rato, Mahecha Díaz no le responde a nadie.

Tomado de El Espectador

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