Es aquí donde entra la figura de Gustavo Villegas, quien al parecer estaba gestionando diálogos con algunas de las estructuras criminales de Medellín, posiblemente La Terraza y San Pablo, que operan en las comunas 1, 3 y 4 de la ciudad.
Sin duda, temas como el Acuerdo de Paz con las hoy desarmadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el proceso que se adelanta con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la llamada «ideología de género», los inconmensurables niveles de corrupción y la insatisfacción generalizada ante la nula garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos, entre otros, marcarán el derrotero de la agenda política del país en las próximas elecciones presidenciales.
Por lo anterior, no deben causar extrañeza las dificultades que afrontó la negociación y que sigue enfrentando en la implementación de los acuerdos, ya que la desconfianza entre las partes es comprensible. No obstante lo anterior, los avances alcanzados hasta la fecha con el Acuerdo de Paz son irrefutables...
La paz está llegando a este departamento, las FARC-EP ya no existen como organización armada y sus miembros llegan masivamente a la vida política, social, cultural y económica del país. El Estado colombiano deberá cumplirles a ellos y a las comunidades por donde cruzó el meridiano de la guerra.
“Es un reto muy grande, una responsabilidad tremenda, nosotros estamos convencidos que hay gente que confía en nosotros. Nosotros sabemos que hay gente en Colombia que sigue admirando la resistencia colombiana y que la enarbole la insurgencia.