Los delincuentes, aprovechando que sus víctimas perdían la conciencia, saqueaban sus cuentas bancarias y se apropiaban de sus elementos de valor. Pero ahí no terminaba todo. El desconocimiento de los efectos nefastos que produce ese alcaloide, cuya sobredosis puede causar delirio, parálisis, estupor y la muerte, hizo que en muchos casos sus víctimas perdieran la vida y se vieran obligados a abandonar los cadáveres en las afueras de la ciudad o en alguna banca.
Jairo Antonio Rodas era ingeniero administrativo y estudiante de un doctorado en Industria y Organizaciones. Se desempeñaba como profesor del Instituto Tecnológico Metropolitano y de la Universidad Nacional, sede Medellín.
“Seguramente lo confundieron. O querían matar a alguien inocente. Es lo más absurdo. Ahora los bandidos se enfrentan matando gente inocente de sus barrios. No puede ser. Que paren esta guerra irracional, tan estúpida”, relató una señora, familiar de Juan Esteban.
El operativo de control se dio en un lujoso sector de Las Palmas, donde de manera irregular funcionaba un museo en memoria del extinto narcotraficante Pablo Escobar y que servía, además, como punto de referencia y visita de los llamados “narcotour”, indicó la Alcaldía de Medellín en un comunicado.