Así mismo, recordó la obligación y el deber que tiene el Estado colombiano de supervisar el cumplimiento de las normas societarias, y el ejercicio del control administrativo sobre operadores públicos y privados involucrados en este proyecto, a través del monitoreo de las actividades que ejecutan las empresas dentro del giro ordinario de sus negocios.
“Le he pedido a EPM, como contratista del proyecto, que le dé una información clara al país de las siguientes etapas que se deben surtir para tener una estabilización y control integral del proyecto, de manera que el país esté debidamente informado de todas las decisiones que se van a tomar”, aseveró.
Finalmente, EPM insistió en que la fotografía sí es real. Pero dice que deben ingresar de forma integral a casa de máquinas para corroborar el estado de la central de operaciones. Mientras que los diseñadores piden que se investigue si la imagen fue elaborada.
El vertedero tiene una longitud de 405 metros y un ancho entre 70 y 95 metros, a manera de comparación, la cancha de fútbol del estadio Atanasio Girardot de Medellín mide 110 metros de largo por 73,5 metros de ancho, por lo tanto, el canal del vertedero corresponde a cerca de cuatro canchas de fútbol. A su vez, las compuertas radiales miden 15,4 metros de ancho por 19,5 metros de alto.
Este es un pueblo pequeño, “pero el río siempre nos había dado para vivir y comer”, asegura Astrid Johana Loaiza Tabares, de 29 años, habitante de la zona, quien conmovida recorre la orilla del Cauca y recuerda que hace unos meses tuvo que abandonar su casa por el problema en Hidroituango. “Antes mi esposo se rebuscaba la vida en una mototaxi, pero ya no tenemos de qué vivir porque la gente se ha ido del pueblo. Todo se volvió más incierto, porque hoy el río parece una quebrada y los peces se están muriendo. Ahora sí no vamos a tener de qué vivir”.