Los más de 4.7 millones de dólares fueron aportados por Canadá, Alemania, Reino Unido, Suiza, Suecia, Noruega e Irlanda y se invirtieron en funcionamiento, contratación de personal, cumplimiento de la ley de amnistía, encuentro de víctimas y capacitaciones.
Después de la decisión de la justicia sueca, el mensaje lanzado por Assange en el balcón de la embajada fue claro: «La guerra por la verdad apenas comienza».