Roberto Vargas Gutiérrez, alias Gavilán, jefe militar de la organización criminal denominada el Clan del Golfo —o Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)—, fue abatido el pasado 31 de agosto.
El anuncio de su muerte fue hecho por La Agencia de Prensa Análisis Urbano a las 7:35 p.m., posteriormente confirmada por el señor presidente Juan Manuel Santos a través de su cuenta de Twitter: «Abatido por la Fuerza Pública alias Gavilán, segundo del Clan del Golfo. Daremos detalles mañana». Informó el mandatario de los colombianos en las horas de la noche del jueves.
Hasta el sitio conocido como El Cuarenta, entre los municipios de Turbo (Antioquia) y Riosucio (Chocó), llegaron más de cien hombres pertenecientes a los Comandos Jungla de la Policía, el Ejército y la Armada, coordinados por el general Jorge Luis Vargas, director de la Dijín y cabeza de la segunda etapa de la operación Agamenón, con información de que Gavilán iba a pasar la noche allí después del partido por las eliminatorias al Mundial de Rusia 2018 de la Colombia contra Venezuela.
arremetida de la Fuerza Pública contra dicha estructura delincuencial en los departamentos de Antioquia y Chocó.
Conocida como la operación Agamenón I que inició en el 2015 transformada posteriormente en Agamenón II que comienza a desarrollarse en los primeros meses del 2017, tiene como objetivo desarticular el Clan del Golfo. Ha logrado dar de baja a importantes cabecillas como, La Guagua, Pablito, Ramiro Bigotes y Culo de Toro —hermano de Gavilán.
Después de esta operación contra Culo de Toro, al parecer varios de sus escoltas se convirtieron en fuentes de inteligencia , esto habría sido fundamental para su ubicación, según la inteligencia de las autoridades—. Sin embargo, también ha traído retaliaciones lamentables por parte de los gaitanistas, como los tres planes pistola ejecutados en los últimos años en los departamentos de la costa Atlántica, el Urabá antioqueño y Chocó, principalmente, y que habrían sido todos liderados por Roberto Vargas. De ahí que su abatimiento haya sido el golpe más importante dado a esta estructura por parte del gobierno Santos.
Gavilán, como muchos otros miembros del Clan del Golfo, perteneció en los años 90 a la guerrilla del EPL, en la que estuvo hasta su desmovilización, pasando luego a engrosar las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), conformadas por Carlos Castaño a finales de la misma década. Esto le sirvió para verse beneficiado del programa de desmovilización del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, resultando cobijado por la Ley de Justicia y Paz. Pero, según agentes de inteligencia, pocos meses después se retiró del programa y regresó a la ilegalidad, de la mano de alias don Mario y su naciente organización conocida en aquellos años como Urabeños.
Su experiencia en el campo de batalla y su habilidad para los negocios ilegales lo hicieron escalar peldaños en el mundo del hampa, llegando a ser el segundo al mando del Clan y el jefe militar de la misma agrupación. Su voz en el Estado Mayor de las AGC era de peso y, se rumora con que era el cabecilla más reacio a una salida negociada al conflicto con el Estado colombiano.
Entonces, ¿tendrá algo que ver el anuncio hecho por Otoniel, de un proceso de negociación de sometimiento a la justicia de todas las estructura del Clan del Golfo con la muerte de Gavilan? Indudablemente, sí.
Roberto Vargas no solamente era quien habría liderado los planes pistola emprendidos por las AGC en los últimos años, sino que además era uno de los capos del narcotráfico más poderosos que ha existido en el país en la última década. El año pasado se le incautaron 9,2 toneladas de cocaína lista para exportar a México, con un valor del cargamento de 250 millones de dólares; valor y cantidad que según las autoridades, solo es posible cuando se juntan varios carteles o varios capos para hacer una negociación en común. Para este caso, toda la droga pertenecía a Gavilán, siendo el mayor decomiso en la historia reciente del país.
Es precisamente por eso que al que era el segundo al mando del Clan no le interesaba una propuesta de sometimiento a la justicia de sus estructuras ilegales, de ellas se beneficiaba fuertemente. El viernes fue confirmada la muerte de Roberto Vargas Gutiérrez, por parte del Gobierno nacional y el domingo el presidente de la República recibió una notificación de Darío Úsuga, alias Otoniel, máximo cabecilla de las AGC, de una propuesta de negociación de sometimiento a la justicia de todas las estructuras criminales que conforman su organización. Todo parece indicar que la piedra en el zapato había sido hasta el momento Gavilán.
En un video publicado por el Clan del Golfo, Otoniel decide dar la cara después de tantos años en la ilegalidad y manifestar públicamente su interés de negociación. Recordemos que ya el presidente Juan Manuel Santos rechazó las negociaciones políticas con estas estructuras, lo cual es bien sabido por la cúpula de los gaitanistas que estarían buscando un proceso de sometimiento a la justicia con rebaja de condenas.
Cabe aclarar que sometimiento a la justicia no le quita el carácter de negociación a la propuesta manifiesta por Darío Úsuga. Rebaja de penas y una serie de beneficios penales sería lo que recibirían a cambio los integrantes del Clan del Golfo que decidan someterse a este proceso. El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, le exigió a Otoniel entregar el patrimonio ilícito con el que cuentan los gaitanistas y sus rutas del narcotráfico para iniciar las negociaciones.
Se espera una reunión entre Martínez y el Ministro del Interior, Guillermo Rivera, para analizar el tema y los mecanismos legales para emprender esta negociación. «Desde la perspectiva de la Fiscalía, el sometimiento debe condicionarse, cuando menos, al cese absoluto de las actividades delictivas, a la entrega del patrimonio ilícito de la organización y bclaro está de los cultivos y rutas del narcotráfico», afirmó el fiscal general.
Por ahora toca esperar cómo operar en el marco jurídico ante la posibilidad de una negociación de sometimiento a la justicia por parte de una estructura que no tiene un estatus político para el Gobierno nacional, así su máximo jefe haya salido hablando de AGC en vez de Clan del Golfo y haya lucido un impecable camuflado con botas impermeables en el video que hizo público su deseo de diálogo. De todas formas, todos los esfuerzos encaminados a la construcción de paz en el país son reconocidos y celebrados desde quien les escribe. Así mismo lo hace la Agencia de Prensa Análisis Urbano.
Fuentes:
http://m.elcolombiano.com/colombia/podra-alias-otoniel-acordar-su-sometimiento-BF7241407
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