Antioquia, Colombia, 8 octubre de 2022.- “Somos El Mesa y llegamos para quedarnos”, esas fueron las últimas palabras que escuchó el joven Rubén Darío Mazo, habitante de la vereda Abreíto en Rionegro, antes de morir acribillado.
Este lunes 3 de octubre a las 8:53 p.m., en la vereda Abreito fue asesinado a balazos un joven de 26 años, cuatro impactos cegaron su vida, sujetos armados que dicen pertenecer a la poderosa estructura de El Mesa, cuyo epicentro de poder se ubica en el municipio de Bello, subregión del Valle de Aburrá, lo asesinaron. Esto ocurrió a escasos 500 metros del puesto de vigilancia de la Fuerza Aérea.
En el artículo publicado el 4 de octubre, titulado, “Asesinaron a balazos a Rubén Darío Mazo, ocurrió en la vereda Abreito de Rionegro” Ya se ha denunciado el comportamiento posiblemente ilegal de algunos integrantes del establecimiento que eventualmente podrían consentir y facilitar apoyo logístico a la criminalidad.
¿Para qué sirven las cámaras instaladas por la Administración Municipal? ¿Por qué no se sabe quién entró o salió de esa vereda para asesinar al joven Rubén Darío Mazo?
Varios testigos de lo ocurrido en el la vereda afirman que el mensaje dejado por los sicarios fue claro y conciso: “Somos El Mesa y llegamos para quedarnos, o trabajan con nosotros o acabamos hasta con el nido de la perra”.
Después del asesinato de Rubén Darío Mazo, varios jóvenes temen por su vida, algunos han han abandonado Abreito, otros se mantienen allí, pese a la amenaza latente que viven.
En esta vereda que tiene como vecino a la Fuerza Aérea y con centinelas en garitas a 500 metros, los ilegales armados andan como Pedro por su casa, a los miembros de la Fuerza Aérea y mucho menos a la Policía le importa, ellos, los ilegales andan libres como el viento para asesinar, desplazar forzadamente y constreñir a una comunidad, ¿Para eso sirve la seguridad oficial?
Por la indolencia oficial fue que publicamos el artículo, “Criminalidad crece en Rionegro, Oriente antioqueño, con la complicidad y el silencio institucional” La presencia de grupos armados ilegales es un factor común con el pasar de los días para los habitantes del municipio de Rionegro. Desde el Portal de noticias de Análisis Urbano nos hemos atrevido a denunciar la ubicación de algunos sitios y mandos de estos para que la ley cumpla con su deber. Pero la cosa sigue igual.
Se han denunciado permanente los constantes hurtos a viviendas de áreas rurales ubicadas a escasos 100 o 200 metros de la Fuerza Área. Como se muestra en los videos, sujetos se aprovechan constantemente para azotar a los habitantes de estas veredas.
Se ha recurrido a la Policía, a la Alcaldía, a la Fuerza Área y no ha habido poder humano que los haga entender la grave situación.
Nada los hace reaccionar, la omisión es total, lo único que hacen los oficiales de la Policía es negar y negar la realidad, así se maneja la seguridad en muchos lugares de Antioquia y el resto de Colombia.
Volviendo al tema de lo que ocurre en Abreito, algunas fuentes consultadas por Análisis Urbano, aseguran que es muy común y rutinario ver algunos miembros de la Policía Nacional visitando y a los jibaros de las plazas de vicio, de ser cierto los relatos estaríamos asistiendo a un caso presunta complicidad entre uniformados y criminales.
NO SOLAMENTE OCURRE EN ABREITO, EL PODER CRIMINAL DE LOS GRUPOS ILEGALES SE EXPANDE Y CONSOLIDA EN OTROS SECTORES DE RIONEGRO
Desde hace varios meses se vienen instalando grupos armados ilegales en las veredas Barro Blanco, Chachafruto, Abreo, Cuchillas de San José, El Carmín y La Laja.
En estos lugares han construido una compleja infraestructura para el almacenamiento y comercialización de drogas alucinógenas.
También vienen los ilegales armados fortaleciendo la presencia armada y de inteligencia en los caminos veredales que termina siendo importantes corredores estratégicos, el control debe ser total, aseguran ellos y es un objetivo que se han trazado lograr al finalizar el año 2022.
El consumo de drogas alucinógenas viene en aumento y es una de las razones para establecer el plan de suministro de las drogas a como dé lugar para satisfacer a los clientes, el Tusi rosado y amarillo, la cocaína, el éxtasis, la marihuana, el bazuco e incluso podría ser que hasta la heroína ya pululan en estos sectores.
NADIE DICE NADA, NADIE HACE NADA, OMISIÓN OFICIAL Y MIEDO EN LA COMUNIDAD FORTALECE EL ORDEN QUE SE ESTÁ ESTABLECIENDO
Carros de alta gama y motos de alto cilindraje circulan permanentemente en los lugares mencionados, nunca son requisados, no levantan sospecha a las autoridades, ellas solo se enfocan en consumidores y delincuencia común.
Muchos de estos carros y motos frecuentan los expendios de droga, algunos compran, otros podrían estar surtiendo las plazas; lo claro es que no hay control institucional.
LLEGARON NUEVOS DUEÑOS, LOS ANTIGUOS SE ESTÁN SOMETIENDO
Los anteriores dueños y sus expendedores de droga en esas veredas tenían campaneros (vigías), puntos de inteligencia, rutas seguras para el transporte de las drogas, controlaban los caminos veredales, todo lo manejaban con gran facilidad.
Ahora que llegan los nuevos jefes de los grupos ilegales, algunos vienen del Valle de Aburrá, otros son de Rionegro, los perdedores se pondrán a su servicio.
No nos cansaremos de preguntar, ¿Para qué han servido las cámaras de seguridad instaladas en esas veredas? ¿Para qué sirve la inteligencia institucional?
Evidentemente para nada han servido ni las cámaras de seguridad, ni la inteligencia oficial, extrañamente los ilegales armados son invisibles para éstas, al igual que las plazas para el tráfico de drogas tampoco han podido ser detectadas por las autoridades, pero las drogas, la presencia armada y la llegada de otros grupos armados ilegales seguirán siendo la constante.
A.U.
