Categoría: Federico Gutiérrez

Juan Fernando Amaya, luego de haber salido de la cárcel, estuvo buscando empleo, llegando a Rionegro donde un empresario estuvo dispuesto a contratarlo, de no ser porque al revisar su hoja de vida se dio cuenta de que había pertenecido a las Farc. Sin apoyo del Gobierno y un empresariado indolente, sin familiares en la ciudad y a la deriva, decidió irse para Ituango, en donde estuvo unos días en la zona veredal de Santa Lucía.

¿Dónde está la institucionalidad? El Batallón de Operaciones Urbanas del Ejército Nacional, que tiene indicaciones precisas de hacer control y vigilar el corregimiento de Altavista, al parecer ha estado ausente, dejando a merced de las bandas de Los Chivos, La Mano de Dios y Las AGC la tranquilidad de los pobladores.

Sin embargo, a partir de mediados del año pasado, la criminalidad parecía ir en un descenso significativo, al punto de ser marzo de 2017 el mes con menos homicidios reportados desde hace 38 años. Parecía que por fin la estrategia de seguridad de Federico Gutiérrez empezaba a dar resultados.

Es aquí donde entra la figura de Gustavo Villegas, quien al parecer estaba gestionando diálogos con algunas de las estructuras criminales de Medellín, posiblemente La Terraza y San Pablo, que operan en las comunas 1, 3 y 4 de la ciudad.

Según la información del Ministerio Público en Medellín, en los últimos dos meses, en el Corregimiento de Altavista, se han recibido siete declaraciones de desplazamiento forzado de familias por amenazas y enfrentamientos entre las bandas que delinquen en este sector.

El alcalde de Cali, Maurice Armitage, quién decidió implementar la misma estrategia ejecutada en Medellín, al abrirle las puertas del clásico valluno a las dos hinchadas, debe de entender que todo es un proceso y que la ciudad aún no está preparada para tal evento.

No podemos olvidar que en esa comuna el tema de la seguridad es sensible, complejo y peligroso. No se le ha puesto atención, a pesar de que se han desatado varias guerras desde 2014 hasta 2016 a manos de las Convivir, el cuerpo armado de la Oficina del Valle de Aburrá en el centro, 35 de ellas están a lo largo y ancho del territorio.