En el fondo, esta macabra política es la representación dogmática de las ejecuciones extrajudiciales y la firme intención de darle la espalda a las garantías de no repetición, favorecer la impunidad, hacer completamente trizas los acuerdos, entorpecer la función de las altas cortes y establecer una gobernanza a fin de los sectores económicos y políticos que representa el statu quo.
Tal realidad se vive alrededor de un terreno en litigio desde hace 30 años y sobre el cual se llegaron a algunos acuerdos hace 9 años en reuniones realizadas en la zona, donde el Estado Colombiano, se comprometió a realizar los trámites pertinentes para que finalmente estos terrenos pasaran a manos indígenas y aclarar las situaciones que se habían generado entre campesinos, colonos e indígenas.
“Señoras y señores militares y policías colombianos, les escribo de nuevo porque hay temas de profundo interés para el intercambio, debido a acontecimientos que estremecen la vida del país, en los que ustedes son parte importante”.
Según el Eln, la menor fue retenida porque las Fuerzas Armadas la utilizaron como informante, versión que la joven habría confirmado luego de que la abordaran miembros de esa guerrilla en zona de la comunidad indígena Orpúa, en el Bajo Baudó, departamento de Chocó.
Sin embargo, el Eln asegura que no se trata de un secuestro y que aunque la menor de edad se encuentra con ellos, será “respetada su integridad física” y la entregarán a “otras autoridades”.