En desarrollo de esa absurda y cruenta reyerta han caído personas inocentes, a quienes les han disparado por cruzar una frontera invisible, por no obedecer, por denunciar o por negarse a sumarse a las filas de combos adeptos a esas dos líneas militares ilegales.
Iván Darío Suárez Muñoz fue capturado con fines de extradición por funcionarios de la Dirección de Antinarcóticos en Medellín el 18 de julio de 2008. Junto a otros 22 colombianos fue extraditado a los Estados Unidos y fue presentado ante una corte federal por narcotráfico y lavado de activos. Cumplió con su condena y cinco años después regresó al país, manejando desde entonces un bajo perfil. De hecho, las autoridades no sabían nada de él ni de su ubicación ni actividades, hasta que lo hallaron en la fiesta de alias Tom y tras iniciar una investigación encontraron que, al parecer, está vinculado con redes de microtráfico en Medellín y el Valle de Aburrá.
Con este caso, la cifra de homicidios en la comuna 11-Laureles en lo corrido de 2018 ascendió a 29. En Medellín van 613 homicidios en 2018, con corte a diciembre 27.
Las armas largas, chalecos antibalas y hasta uniformes de la Policía de Buenos Aires que se incautaron dejan ver la dimensión de la red, que estaba integrada por más que simples jíbaros de barrios.
Pero, estas balaceras no estarían relacionadas a la contienda que sostienen los “duros”: alias Tom, alias Carlos Pesebre y alias Douglas, sino que obedecen a rencillas menores entre muchachos pobres, desescolarizados y armados que quieren marcar territorio.