En el corregimiento Boraudo, zona rural de Lloró, al occidente del departamento parte alta del rio Atrato, tropas de la Campaña Militar y Policial Titán recibieron la denuncia sobre el secuestro de un ciudadano por parte de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC o Clan del Golfo.
Se estableció que Furia había sido designado por alias Otoniel como uno de los hombres de confianza para manejar la estructura de la banda criminal en la zona y para liderar el negocio del narcotráfico.
Luego que este grupo delincuencial, los Suplantadores del Clan, cometía los hurtos de los vehículos, los trasladaban hasta el departamento de Chocó, para ser comercializados como autopartes o utilizaban la modalidad del ‘gemeleo’ para ser vendidos con mayor facilidad, alterando su sistema de grabación y los documentos. Dicha actividad ilegal, generaba a estas personas unas ganancias que superaban los $840.000.000 anuales.