Ante la cruda realidad en Medellín, institucionalidad no afina

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Por Luis Fernando Quijano Moreno

«Pero un alcalde solo no puede enfrentar con eficacia una superestructura que en tantos aspectos funciona como paraestado. Con él tienen que ir por los mismos rieles de la legalidad los poderes públicos, empezando por la justicia (la Fiscalía, ante todo), las agencias de inteligencia, las Fuerzas Militares y la Policía, y por supuesto la ciudadanía. Contra un alcalde solo, las bandas criminales tienen capacidad de hacer enorme daño. Contra un poder estatal eficaz, actuando con criterios unificados y ejecutando políticas y programas de combate decidido contra el crimen, a esas organizaciones les quedará mejor el sometimiento a la justicia». (Extractado del editorial del periódico El Colombiano, titulado: MEDELLÍN, A ENCARAR LA CRIMINALIDAD)

Cosas graves han venido ocurriendo en la ciudad metropolitana de Medellín desde que se generó la crisis institucional ocasionada por la captura del exsecretario de seguridad, Gustavo Villegas; sectores de la institucionalidad, la legalidad y la ilegalidad criminal han orquestado todo el entramado para hacer de esta ciudad un lugar inestable, peligroso, sinuoso.

54 homicidios reportados en julio así lo demostrarían, además de los que vienen presentándose en agosto que así lo confirman —17 homicidios en los primeros seis días—. Es claro que hay una especie de guerra fría adentro del pacto del fusil tal como la vivió la ciudad en 2014 con la guerra de Las Convivir

Sin embargo, lo expuesto anteriormente no quiere decir que la ciudad haya estado bien en materia de seguridad antes de la captura del secretario de Seguridad. La violencia sube y baja pero se mantiene; en ningún momento ha cedido y mucho menos ha sido erradicada. Y qué decir de la criminalidad que no ha bajado —como nos han dicho—;se mantiene al alza, en vez de disminuir crece desproporcionadamente.

La criminalidad urbana tiene consolidado un poder real que hace difícil avanzar cualquier estrategia de seguridad, en últimas pareciera que ella pone el ritmo a la agenda de paz, convivencia y seguridad de Medellín y el resto del Valle de Aburrá; puedo decir sin correr el riesgo a equivocarme que se ha implantado el paraestado generando un cogobierno urbano.

Pero volviendo al tema de la inestabilidad y la crisis institucional en Medellín y al juego perverso que tiene como uno de los protagonistas principales a exfuncionarios de la Fiscalía General de la Nación, algunos de ellos cuestionados por actuaciones irregulares y favorecimiento a la Oficina del Valle de Aburrá y Las AGC, encuentro varios objetivos que tendría este proceso de crisis institucional que apalanca la violencia que se vive actualmente.

Algunos de esos objetivos serían, primero, evitar la llegada organizada y masiva de quienes han dejado la guerra y están decididos a hacer política amplia, concretamente al nuevo partido surgido de las FARC y del que espero salga prontamente del ELN.

Segundo, la reorganización del crimen urbano con nuevos subjefes, jefes y patrones para la reestructuración de los territorios urbanos para la contienda electoral. Es de conocimiento público que la criminalidad juega un papel preponderante en las elecciones ya que ella tiene importantes padrinos en la política, o si no que lo diga el exteniente de la policía conocido como Vallejo quien además de ser el pagador de la nómina paralela en representación de la alianza criminal del norte que lidera Carlos Chata o Tom, es el encargado de establecer y fortalecer los nexos con no pocos políticos en el Valle de Aburrá.

Tercero, la consolidación del poder de las AGC —o Clan del Golfo— y aliados de estos como Carlos Chata, La Oficina del Doce de Octubre, Los Pachelly, El Mesa, para que ajusten la nueva propuesta de paraestado en la ciudad metropolitana  y otras subregiones de Antioquia con otras siglas.

Cuarto, mantener un proyecto de ciudad donde sigan prevaleciendo los intereses particulares por encima del interés público, además de desgastar, someter e incluso acabar con figuras como Federico Gutiérrez, un político con afectos muy fuertes con el Uribismo; en fin, una ciudad con un modelo de seguridad compartido con los protagonistas del Pacto del Fusil que no permita el cambio político, social, cultural y económico. Dejo en claro que el panorama que se cierne sobre el Medellín metropolitano es oscuro, por infortunio más cosas vendrán para desgracia de la ciudad y el resto del Valle de Aburrá.

Varios episodios que se vienen presentando en Medellín mostrarían que la inestabilidad y la crisis institucional se estarían generando, por ejemplo, la guerra que se desarrolla en Altavista y que ya es claro que se está trasladando a Belén parte alta y que incluso podría extenderse a buena parte de la comuna 16 (Belén). Lo ocurrido el domingo 30 de julio en Belén Los Alpes donde dos personas fueron asesinadas y lo ocurrido el 5 de agosto en Belén Zafra donde dos presuntos miembros de Los Pájaros Pesebreros, alias vinagre y el Tío fueron asesinados, podría ser parte de esa ampliación del escenario de confrontación.

La guerra en la comuna 7 (Robledo) tendría varias hipótesis y ha estado opacada por la de Altavista y Belén; en esta confrontación aparentemente silenciosa pero cargada de muertos, como le gusta a las líneas de la Oficina del Valle de Aburrá para no llamar la atención, estarían por un lado la expansión de la Oficina del Doce de Octubre con Tavo o Tavito, sicario que andaba siempre de la mano de Vayiya.

Apoyando esa guerra estaría alias Pichi, jefe del barrio San Bernardo pero que ha sido ungido por Los Chamizos y La Oficina del Doce de Octubre para llevar sus organizaciones criminales y a su vez proteger a Queso y Cataño o Ramón respectivamente; también estaría en esa tarea el segundo de Pichi, alias la Nea. Todos ellos, avalados por Carlos Chata, el criminal de los dos millones de dólares y aliado incondicional de las AGC, estarían detrás de arrebatarle los territorios a Los Pesebreros y a la posible disidencia de estos que se estableció en el barrio Villa Sofía y Aures, y que habrían trabajado para alias Duque, capturado recientemente en Santiago de Cali.

Los barrios involucrados en este conflicto serían Villa Sofía, Aures, Curazao, Civitón, Santa María, El Diamante y Bello Horizonte, este sería considerado el centro de todos los barrios de parte de esta comuna, por eso sería tan estratégico su control.

Por el otro lado en la confrontación estarían, la disidencia que se enfrenta desde Villa Sofía y posiblemente en el barrio Aures a Los Pesebreros quienes estarían mandando miembros de la banda a recuperar el control, jóvenes entre 16 y 18 años, estarían bajo las ordenes de alias Duque y su hermano, la Sangre, quienes a pesar de estar detenidos en cárceles del departamento de Antioquia seguirían delinquiendo desde ellas con la mirada cómplice de la inteligencia de la institucionalidad que no ve este tipo de hechos.

En todo esto habría que preguntarse qué papel juega la estructura de Los Triana, quienes habrían entregado sus territorios allí, entre Aures y Curazao, a La Oficina del Doce de Octubre.

Otro hecho es lo acaecido con el presunto plan criminal para asesinar el alcalde de Medellín según poligrama de la Policía Nacional; cabe recordar que el 12 de julio, veinte días antes, de este anuncio en trasmisión por Facebook Live, ya lo había dejado entrever. Es lamentable que no se escuche y se hagan trámites a la denuncia. Después se queja la institucionalidad de que la ciudadanía no colabora.

También se presentaron alteraciones en el orden público en el centro de la ciudad el 2 de agosto. Ese día las Convivir impidieron que se repartiera la cerveza en plena Feria de las Flores.

La desunión en la institucionalidad es evidente pues solo se ve dando la cara ante la ciudadanía y presionando a los criminales al alcalde Federico Gutiérrez. ¿Dónde están los representantes de la Dirección Seccional de Fiscalías de Medellín? ¿Será que el tema de homicidios, criminalidad y violencia en la ciudad no es de su competencia? ¿Dónde están los altos oficiales de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval) que no se les ve activos a la hora de encarar las responsabilidades y los resultados negativos ante la ciudadanía? ¿Será que esto solo le compete al alcalde? Sería bueno que estos miembros de la institucionalidad entendieran de una vez por todas que quien  captura es la policía, quien judicializa es la Fiscalía y quien presentar los resultados operativos es el alcalde Federico Gutiérrez. En últimas, ¿quienes tendrían que estar dando la cara ante la debacle en la estrategia de seguridad? Grave sería que se sintiera que el silencio hace parte de la desestabilización de la ciudad.

Todos estos episodios muestran que sí existe un plan desestabilizador en Medellín que incluye generar zozobra, más miedo en la ciudadanía y profundizar la crisis institucional en la ciudad.

Frente a este panorama, nuevamente convoco al alcalde de Medellín para que construya un Consejo de Estrategia de Seguridad y Paz Urbana donde participen todos los sectores de la sociedad, ya que es evidente la soledad y el abandono en la que se encuentra por parte de sectores claves de la institucionalidad; además está quedando claro que en la actuales circunstancias es necesario que Federico Gutiérrez escuche otras voces que le ayuden a dilucidar los problemas de orden público con información certera. Parece que le han estado ocultando datos importantes para enfrentar la ola de violencia y criminalidad que azota la ciudad.

Además, el alcalde debe solicitar al Gobierno nacional que envíe un alto consejero en asuntos urbanos que enlace lo nacional con lo local, y necesariamente con lo departamental, porque la poca importancia que el gobernador de Antioquia le ha prestado a los problemas de la ciudad y el resto del Valle de Aburrá es evidente. ¿Será que al gobernador solo le interesa las Zonas Veredales y Belén de Bajira? Pareciera que sí.

Apunte Urbano

Fuentes cercanas a la Agencia de Prensa Análisis Urbano nos informan que al parecer el domingo pasado en las horas de la mañana estuvo en la ciudad de Medellín una alta funcionaria de la Fiscalía General de la Nación en compañía de un oficial de la Policía Nacional  visitando las instalaciones del Bunker. Al parecer era la nueva directora nacional de la Dirección Especializada contra Organizaciones Criminales, Claudia Carrasquilla. Me alegra que haya venido por estas tierras la llamada Dama de Hierro y espero que haya visitado a sus antiguos compañeros de lucha contra el crimen urbano, el brigadier general Gómez Heredia y el alcalde de Medellín Federico Gutiérrez   

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