Andrés Mauricio, de 30 años de edad, fue atacado justo cuando llegaba al lugar donde tenía cultivos agrícolas. Familiares, conocidos y allegados manifestaron que Rojas, quien pertenecía a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia no había manifestado que tuviera amenazas.
La comunidad hizo un llamado público a las fuerzas armadas del país, “quienes de manera inconsulta han hecho tránsito por los territorios resguardados desde el pasado 4 de abril, en el resguardo Rio Murindó y solicitamos que dichas movilizaciones se hagan en coordinación con la Guardia Indígena y el Cabildo Mayor, para evitar que nuestros Sitios Sagrados se vean afectados en su integridad y cuidado, además de evitar un posible hecho victimizante con la población indígena”, se lee en el comunicado.
En el pasquín dan un “ultimátum” a Claudia López, Gustavo Petro, Antonio Navarro, Eduardo Martínez, Antonio Sanguino, Iván Cepeda y Juan Carlos Cuellar, a quienes llaman “guerrilleros camuflados”, “defensores de derechos humanos y gestores de paz, que no tienen otro interés que tomarse el poder para ponerlo al servicio del castromadurismo”.
Al consolidar los casos de 2018, la Entidad estableció que entre el 1 de enero de 2016 y el 31 de diciembre de 2018 fueron asesinados 431 líderes sociales y personas defensoras de los derechos humanos, en su mayoría vinculados a Juntas de Acción Comunal, indígenas, comunitarios, campesinos y afrodescendientes.
“Ese perro me garroteó”, habría alcanzado a decir Silvia Maritza. Sin embargo, como lo confirmó su hermana Estomina Ramírez, las amenazas que había recibido Maritza llevaron a que tomara fuerza la teoría del asesinato mediante golpiza.